El Libro "Patterns of Problem Solving", de Moshe Rubinstein, es otra de las importantes influencias en mi formación (o ¿deformación?) profesional. El buen Moshe, en su libro, narra una historia en la que durante una visita a medio Oriente, en una cena en la que departían él, su esposa y una familia musulmana, uno de sus anfitriones le planteó un dilema:
Moshe narra que este dilema le hizo pensar en que cualquier respuesta que diera, le haría quedar mal. Finalmente después de un tiempo de cavilar pensó que podría salvar a su hijo, pues era quien tendría más oportunidades de vida, y así lo comunicó a su anfitrión.
A su vez el anfitrión le respondió que su respuesta era errónea:
A su regreso a norteamérica, Rubinstein planteó la misma pregunta a sus alumnos de la universidad. Aproximadamente la mitad contestaba que salvaría a su hijo y la otra mitad salvaría a su esposa. Cuando Rubinstein pregunataba si alguien salvaría a su madre, la totalidad de sus alumnos le respondía con "¿Acaso estás loco?", "¡De ninguna manera!" o bien "No tendría caso".
Este incidente marcó a Moshe para determinar que cualquier solución a cualquier problema estaba forzosamente basada en la escala de valores culturales, sociales y regionales de la gente encargada de implementar dicha solución.
Pero su libro no se basaba sólo en el problema de definir una escala de valores (subjetivos, arbitrarios, regionalistas, etc.). Entre otros interesantes temas, dedica un capítulo completo a demostrar la utilidad de mantener un margen de duda ante cualquier alternativa de solución. Mediante la aplicación de las herramientas de la probabilidad, Rubinstein llega a demostrar que si uno otorga un valor nulo o cero a la probabilidad de dudar, no habrá manera de cambiar la opinión inicial sobre cualquier asunto (edificando la base del prejuicio).
Finalmente si uno conserva cierta voluntad de dudar, un pequeño margen de duda en la certeza sobre cualquier afirmación, se puede cambiar esa opinión ante la llegada de nuevas evidencias que apunten en sentido contrario. Una de las frases de Rubinstein que más influyó en mí, contenida en el capítulo del libro referido, fue la que se enmarca en la imagen de entrada (traducida del inglés: "Keeping a will of dubt, fights dogmatism and prejudice").
Mi intención es iniciar una pequeña campaña para el uso de este "banner" en blogs que decididamente promueven el escepticismo y el pensamiento crítico: La base de estas dos formas de pensar es la voluntad de dudar.
Veamos que resulta del experimento.
Estás en medio del océano, con tu madre, tu esposa y tu hijo, y de pronto tu nave está a punto de hundirse. Puedes salvarte y salvar a otro más ¿A quien salvarías? ¿A tu madre, a tu esposa o a tu hijo?
Moshe narra que este dilema le hizo pensar en que cualquier respuesta que diera, le haría quedar mal. Finalmente después de un tiempo de cavilar pensó que podría salvar a su hijo, pues era quien tendría más oportunidades de vida, y así lo comunicó a su anfitrión.
A su vez el anfitrión le respondió que su respuesta era errónea:
Mira Moshe: Hijos puedes tener muchos en tu vida. Esposas puedes tener muchas en tu vida. Pero madre... ¡Sólo puedes tener una única madre en tu vida! Es a ella a quien deberías salvar.
A su regreso a norteamérica, Rubinstein planteó la misma pregunta a sus alumnos de la universidad. Aproximadamente la mitad contestaba que salvaría a su hijo y la otra mitad salvaría a su esposa. Cuando Rubinstein pregunataba si alguien salvaría a su madre, la totalidad de sus alumnos le respondía con "¿Acaso estás loco?", "¡De ninguna manera!" o bien "No tendría caso".
Este incidente marcó a Moshe para determinar que cualquier solución a cualquier problema estaba forzosamente basada en la escala de valores culturales, sociales y regionales de la gente encargada de implementar dicha solución.
Pero su libro no se basaba sólo en el problema de definir una escala de valores (subjetivos, arbitrarios, regionalistas, etc.). Entre otros interesantes temas, dedica un capítulo completo a demostrar la utilidad de mantener un margen de duda ante cualquier alternativa de solución. Mediante la aplicación de las herramientas de la probabilidad, Rubinstein llega a demostrar que si uno otorga un valor nulo o cero a la probabilidad de dudar, no habrá manera de cambiar la opinión inicial sobre cualquier asunto (edificando la base del prejuicio).
Finalmente si uno conserva cierta voluntad de dudar, un pequeño margen de duda en la certeza sobre cualquier afirmación, se puede cambiar esa opinión ante la llegada de nuevas evidencias que apunten en sentido contrario. Una de las frases de Rubinstein que más influyó en mí, contenida en el capítulo del libro referido, fue la que se enmarca en la imagen de entrada (traducida del inglés: "Keeping a will of dubt, fights dogmatism and prejudice").
Mi intención es iniciar una pequeña campaña para el uso de este "banner" en blogs que decididamente promueven el escepticismo y el pensamiento crítico: La base de estas dos formas de pensar es la voluntad de dudar.
Veamos que resulta del experimento.
2 comentarios:
Qué tal, Señor Coors.
Sueña sumamente interesante ese libro. Lo conseguiré.
Saludos!
Pués mira que interesante observación la de Moshe Rubinstein que comentas, ¡No se me ocurre mejor antónimo a la la VOLUNTAD DE DUDAR que la palabra FE!
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