lunes, 19 de diciembre de 2011

Eclipses, sismos e ignorancia

La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia.


Amos Bronson Alcott



Hubo un eclipse de luna el pasado domingo 11 de diciembre en la madrugada, que me perdí por estar nublado el clima acá en la (casi) punta Este de la República Mexicana. Ni modo. Lo que no me perdí fue una serie de alegatos en Twitter sobre la supuesta relación entre eclipses y sismos.


Un asiduo usuario de Twitter, @Acertixo, aseguró que el eclipse referido había causado el sismo que se sintió en la Cd. de México alrededor de las 19:47 horas del sábado 10 de diciembre pasado (con duración de 40 segundos, y del que el Sismológico Nacional informó que alcanzó los 6.5 grados en la escala de Richter). Esa aseveración le hizo blanco de mis cuestionamientos escépticos.


Por principio de cuentas el maese Acertixo citó (como prueba de la predicción del sismo mexicano) un artículo publicado en un sitio de juegos de video que supuestamente afirmaba que el sismo de Tohoku en Japón (a principios de 2011) había sido predicho desde hacía un año, utilizando datos de la órbita lunar saros de la NASA y datos sobre sismos del USGS (US Geological Survey) y del NGDC (National Geophysical Data Center). Puede leerse el artículo completo en en sitio referido, pero lo que no se encontrará ahí es alguna referencia que nos explique en forma numérica cómo es que la atracción gravitacional de la Luna combinada con la del Sol puede causar sismos en la tierra. Sólo puede verse la explicación del autor sobre la coincidencia de ambos cuerpos celestes en los eclipses:

During an eclipse these two bodies combine gravitational forces in exactly one straight line. This means that the gravitational pull of the sun and the moon on the earth are combined during the eclipse. Traducción: Durante un eclipse esos dos cuerpos (Sol y Luna) combinan fuerzas gravitacionales en una única línea recta. Esto significa que el tirón gravitacional del Sol y de la Luna en la tierra se combinan durante el eclipse.


Lo interesante es que esta "predicción" NO es la del sismo mexicano, y que la explicación solo alude a la combinación de fuerzas "en línea" debido a las posiciones relativas entre Sol, Luna y Tierra, pero no explica que esta atracción gravitacional está presente todos los días, a toda hora, sin que esto sea causa de sismos, y que en muchas ocasiones (cada luna nueva y cada luna llena) prácticamente hay una alineación entre los tres cuerpos.


Es cierto que existe un fenómeno en esta roca que es observable claramente en toda su extensión costera, que es causado por la atracción gravitacional combinada del Sol y de la Luna. Me refiero al fenómeno de las mareas. A continuación un párrafo extraido desde Wikipedia:


El fenómeno de mareas es conocido desde la antigüedad. Parece ser que Piteas (siglo IV a. C.) fue el primero en señalar la relación entre la amplitud de la marea y las fases de la Luna así como su periodicidad. Plinio el Viejo (23-79) en su Naturalis Historia describe correctamente el fenómeno y piensa que la marea está relacionada con la Luna y el Sol. Mucho más tarde, Bacon, Kepler y otros trataron de explicar ese fenómeno, admitiendo la atracción de la Luna y del Sol. Pero fue Isaac Newton en su obra Philosophiae Naturalis Principia Mathematica ('Principios matemáticos de la Filosofía Natural', 1687) quien dio la explicación de las mareas aceptada actualmente. Más tarde, Pierre-Simon Laplace (1749-1827) y otros científicos ampliaron el estudio de las mareas desde un punto de vista dinámico. Isaac Newton realizó varios estudios científicos del comportamiento de las mareas y calculó la altura de éstas según la fecha del mes, la estación del año y la latitud. Más tarde, Simon Laplace complementó los estudios de Newton.


La pregunta es, si la relación entre las posiciones relativas del Sol y de la Luna tienen un efecto tan evidente con las mareas ¿por qué hasta ahora a alguien se le ocurre que eso mismo podría ser la causa de sismos? No hay duda de que los sismos son tan observables como las mareas y que se han observado y percibido desde tiempos ancestrales. Sería plausible pensar que en todo este tiempo a más de un científico se le hubiese ocurrido al idea de relacionar sismos y eclipses, si hubiese una relación de tipo coincidental.


La respuesta es que la repetición del fenómeno de las mareas durante toda la historia de la humanidad provocó la curiosidad de gente inteligente al grado de llegar al punto de evaluar la intensidad del fenómeno teniendo los datos como las masas del Sol y la Luna así como sus distancias desde la Tierra y los periodos orbitales correspondientes. Es decir, el fenómeno repetible e independiente del observador permite su cuantificación casi puntual.


Y menciono el "casi puntual" porque con las mareas no sólo interviene la atracción gravitacional directamente. Además existe una serie de condiciones, como la difierencia en la inclinación de la órbita de la Luna, con respecto a la órbita de la Tierra alrededor del Sol, la existencia de continentes irregulares y otras más que de acuerdo con la Wikipedia son:

  • Tanto la trayectoria de la Tierra alrededor del Sol, como la de la Luna alrededor de la Tierra, no son círculos sino elipses. Cuando la Tierra está más cerca del Sol (perihelio), las mareas son más intensas. De la misma manera, cuando la Luna está en su perigeo, las mareas son también más grandes. La influencia del perigeo o apogeo de la Luna es de ±20% con respecto a la marea media.
  • Las mareas más grandes ocurren en sizigia, es decir cuando el Sol la Tierra y la Luna están alineados.
  • El mejor alineamiento del Sol, la Luna y la Tierra ocurre cuando la Luna atraviesa la eclíptica entre la Tierra y el Sol o, lo que es lo mismo, cuando el Sol está en el nudo lunar. En esa situación, las fuerzas de atracción del Sol y la Luna están perfectamente alineadas.
  • Cuando el Sol está en el plano ecuatorial, las dos mareas diarias son iguales y máximas. Eso ocurre en los equinoccios.


El punto está en que la alineación entre Sol, Luna y Tierra, tan bien establecido para las mareas, no reporta efectos sísmicos en la Tierra, al menos no como se mencionan en el artículo compartido por Acertixo. Incluso, realizando una búsqueda más exhaustiva encontré que un tal Mensur Omerbashich, quien ostenta un título de "Doctor en Ciencias", realizó un estudio de las coincidencias de alineaciones planetarias. Dice un artículo de La Gran Época:


El científico (Omerbashich), luego de analizar las alineaciones planetarias del año 2010 y cada uno de los terremotos, su intensidad y profundidad, concluye que su estudio demuestra que con una variación no mayor a tres días, se pueden predecir todos los fenómenos sísmicos superiores a 6 grados.


El estudio referido puede verse en su versión completa aquí: http://t.co/4YLAC8Hq. En principio, este artículo se veía más serio, publicado en ArXiv permite que otros científicos lo analicen y lo pongan bajo el escrutinio de sus respectivas disciplinas. Lo que no me cuadra es que menciona que el pinchurriento (y ahora vaporizado) cometa Elenin también influyó sobre los sismos de este 2011. ¿Cómo tomar en serio el estudio de Omerbashich si el ilustre señor se dejó cautivar por la estúpida ola Eleninesca?

Para entender cómo una conjunción de cuerpos celestes puede ser la causa de un fenómeno como las mareas, es necesario establecer una hipótesis que pueda ser comprobada mediante la aplicación de la física conocida (gravitación Newtoniana en ausencia de consideraciones relativistas importantes) para obtener algún valor que se pueda observar. Predecir las mareas se puede hacer en la actualidad con base en este tipo de modelos que consideran las características del agua en la Tierra y las atracciones gravitacionales de Sol y Luna respectivamente. Recomiendo ver el ejercicio que se presenta en la Wikipedia

Para el caso de los sismos, aún no he visto qué tanto puede influir la atracción gravitacional de la conjunción Sol-Tierra-Luna (como en el caso del eclipse lunar referido al inicio de esta entrada) como para desatar en forma directa algún tipo de movimiento de las placas tectónicas. Es decir, los sitios recomendados por @Acertixo y el artículo de Omerbashich sólo atinan a "describir" en forma cualitativa (y en el mejor de los casos, mediante una dudosa correlación estadística) la hipótesis de la causa eclipseana de los sismos, pero distan mucho de llegar a establecer un modelo gravitatorio y mucho menos una estimación numérica de la energía depositada en el magma o en las placas tectónicas, acompañada de una estimación geográfica del epicentro.


Incluso una cosa que me causó extrañeza es que la marea lunar es más alta que la solar (como el doble), no obstante que la fuerza de gravedad de la Luna es apenas un medio por ciento que la respectiva del Sol. Esta duda numérica la resolveré en una entrada posterior, puesto que en esta entrada el punto era mostrar las inconsisntencias y carencias del modelo eclipseano de predicción sísmica. Lo más gracioso de todo este asunto han sido las declaraciones de @Acertixo quien no ha sido capaz de cuantificar ni siquiera la fuerza de gravedad del Sol ni de la Luna, lo que podría significar sembrar la duda acerca de sus propias afirmaciones, como la que se puede ver en la siguiente imagen:


Así las cosas, veremos la parte numérica en la siguiente entrada. Mientras, dejemos que @Acertixo se siga preguntando cómo se calcula la fuerza gravitacional para expresarla en Newtons.

1 comentario:

Javi dijo...

Hola KC. Yo pienso que cuando observamos dos sucesos sincrónicos, tendemos instintivamente a buscar una relación de causa-efecto entre los mismos. Quizá simplemente se desarrollen a un mismo ritmo (como dos bailarines al compás de una melodía).

Los casos observados de simultaneidad en eclipses-sismos, perfectamente pudieran ser fenómenos casuales (aunque haya quien piense que el azar no existe).

Quizá exista una compleja fórmula matemática que desvele la producción de movimientos en placas tectónicas (sería como componer la melodía de la analogía mencionada), pero por ahora, creo que nadie la ha descubierto. Lo que yo tampoco veo, es que uno sea consecuencia del otro.

Un saludo.

Recientes ciudadanos de Higadolandia