Esta entrada está motivada por un comentario hecho por un forista de un grupo de yahoo, que promocionaba una entrada en el blog titulado "Nuestro pasado extraterrestre". La entrada en cuestión tiene un título similar al que ahora lees, amable lector, sólo que en términos afrimativos: La física cuántica, si no la conoces no la ves.
No voy a repetir toda la entrada de este blog, pero sí comentaré algunos puntos, repitiendo en parte mi respuesta en el grupo.
Por principio de cuentas, el mensaje del forista en cuestión decía lo siguiente:
La entrada referida, por su parte, no explica cómo es que la física cuántica puede dar una pauta de inicio al estudio de los conceptos más complejos y sagrados... Más bien se dedica a establecer algunas afirmaciones no tan certeras, que pretendo revisar ahora a continuación (incluyendo una pregunta que lanza al final de su entrada):
Bueno, con relación a la afirmación 1, habría que aclarar que no sólo la física cuántica, sino en general toda la ciencia, con sus métodos, experimentos, teorías y resultados verificables. Actualmente la física cuántica sirve sólo para explicar lo muy pequeño, para entender y aprovechar esa realidad que aparece sólo cuando tenemos el enfoque nanoscópico. Hasta ahora no ha sido utilizada para explicar cuestiones sagradas. Al respecto me permito citar la siguiente definición tomada de un sitio serio (Tendencias Científicas):
Como se puede ver, la descripción seria de esta rama de la ciencia establece con mucha claridad que es una forma de describir al mundo, mas no la única. También establece que su ámbito de aplicación es en lo muy diminuto. Por mala fortuna, la física cuántica no sirve para describir la realidad macroscópica. Mucho menos para describir cuestiones sagradas.
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Imagen: Una de las tantas encarnaciones del famoso y cuántico gato de Schödinger.
No voy a repetir toda la entrada de este blog, pero sí comentaré algunos puntos, repitiendo en parte mi respuesta en el grupo.
Por principio de cuentas, el mensaje del forista en cuestión decía lo siguiente:
Un tema quizá muy de moda y en auge en estos últimos días que incluye al famoso libro El Secreto, documentales, crónicas y artículos, mucho se dice pero en verdad se comprende?? La Física Cuántica permite dar una pauta de inicio al estudio y la comprensión de los conceptos mas complejos y sagrados que ya tenemos. Acompáñanos a reflexionar sobre el porqué no vemos lo que no conocemos.....
La entrada referida, por su parte, no explica cómo es que la física cuántica puede dar una pauta de inicio al estudio de los conceptos más complejos y sagrados... Más bien se dedica a establecer algunas afirmaciones no tan certeras, que pretendo revisar ahora a continuación (incluyendo una pregunta que lanza al final de su entrada):
- La Física Cúantica nos permite discernir entre cómo sentimos al Mundo de cómo el mundo realmente es.
- La Física Cuántica pretende demostrar que lo que ocurre dentro de nosotros creará lo que ocurre fuera de nosotros.
- Solo podemos ver lo que conocemos... de alguna manera u otra un patrón autogenerado establece un concepto a una idea y esta a un conocimiento... pero que pasa con las cosas que no conocemos... que nunca hemos visto... sencillamente nuestro cerebro no las tiene ni remotamente registradas y por ende no las puede ver. NO LAS VEMOS.
- Entonces así. Pregunto: ¿conoces un OVNI? ¿un Extraterrestre? ¿Cuál es tu concepto... es realmente tuyo o asocias un concepto? ¿Estamos realmente listos para ver? ¿Podremos ver? deja que de muy adentro empieces a comprender, la parte mental déjasela a las películas en Hollywood. Investiga!
Bueno, con relación a la afirmación 1, habría que aclarar que no sólo la física cuántica, sino en general toda la ciencia, con sus métodos, experimentos, teorías y resultados verificables. Actualmente la física cuántica sirve sólo para explicar lo muy pequeño, para entender y aprovechar esa realidad que aparece sólo cuando tenemos el enfoque nanoscópico. Hasta ahora no ha sido utilizada para explicar cuestiones sagradas. Al respecto me permito citar la siguiente definición tomada de un sitio serio (Tendencias Científicas):
La física cuántica es una manera de describir el mundo. Es una teoría que ha dado resultados espectaculares, como la supraconducción, los transistores y los semiconductores, además de contribuir enormemente al desarrollo de la física atómica. El campo de actuación de la física cuántica es el de las partículas elementales, entendiendo como tales las que componen la estructura más elemental de la materia.
Como se puede ver, la descripción seria de esta rama de la ciencia establece con mucha claridad que es una forma de describir al mundo, mas no la única. También establece que su ámbito de aplicación es en lo muy diminuto. Por mala fortuna, la física cuántica no sirve para describir la realidad macroscópica. Mucho menos para describir cuestiones sagradas.
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Con respecto a la afirmación 2, es necesario revisar algunos conceptos sobre la realidad.
La realidad profana, esa que vemos todos los días, la cotidiana que nos afecta y que podemos percibir sin necesidad de irnos al terreno molecular, atómico, nuclear o más pequeño aun, es una realidad "promedio" ¿Qué significa eso? Que aunque en el nivel nanoscópico entendamos que hay más espacio vacío que materia en una molécula, en promedio, las fuerzas electromagnéticas de cada átomo (multiplicada por un número gigantesco, conocido como el número de avogadro) crean una sensación macroscópica de solidez como en los sólidos (o humedad como en los líquidos, o elusividad como en los gases). Esa realidad macroscópica no puede ser cambiada si cambiamos el espín de un electrón, por decir algo, usando técnicas de experimentación cuánticas.
No hay nada de sagrado o esotérico en la física cuántica. Simplemente es anti-intuitiva debido a que no empata con la realidad macro, lo cual es una situación chocante que los físicos han tratado de eliminar mediante la proposición de una teoría unificada, sin éxito hasta el momento.
La otra realidad, la de nuestra mente, es muy veleidosa. Pero no podemos hacerla a un lado, siempre está presente en la posibilidad de tener sesgos de percepción. Por si eso fuese poco, debemos tener en cuenta que no hay más entusiasmo en la gente que ver realizados sus sueños. Realizados (en la realidad macro) los sueños de su realidad mental, en la que existe un enorme riesgo de ser afectada por casi cualquier cosa. Tállate los ojos cerrados y, aun en ausencia total de luz verdadera, tu mente te dirá que "viste" luces.
Como conclusión podemos decir que la física cuántica no pretende demostrar que lo que ocurre dentro de nosotros creará lo que ocurre fuera de nosotros. Son los muy humanos deseos excacerbados de convertir en realidad los sueños (como los de los extraterrestres y los ovnis) los que pretenden hacer esa tarea.
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Con respecto a la afirmación 3, es necesario afinar la razón para poder discernir si es necesario conocer algo antes de poder verlo.
Para evitar sesgos en la percepción de la realidad existen experimentos ingeniosos que nos dan la pauta para saber si son "nuestros ojos" o "nuestra mente" la que ve. Platicaba el otro día con un físico que intentaba hacerme dudar sobre la existencia de una silla. Me decía: "Tú ves la silla, pero no puedes decir si es real, debido a que tu percepción de esa silla inicia en tus sentidos, que pueden ser engañados, y luego por tu mente que puede estar alterada". Yo le respondí que podría diseñarse un experimento para saber si son mis sentidos los que me engañan al percibir la silla; Así le respondí: "Hagamos lo siguiente, tomo la silla y te la estrello en el lomo. Si tú te quejas, si a ti te duele, es que mi percepción de que la silla es real, era correcta". Humorismo aparte, así como ese hay un sinnúmero de experimentos para determinar si lo que "vimos " es real o imaginario.
Por ejemplo. Hay una teoría que dice que la materia está constituida por átomos y que cada átomo es una pequeña bolita con neutrones y protones, rodeada de electrones que le circundan. Según esta teoría, entre la bolita (conocida como "núcleo") y los electrones circundantes hay un vacío enorme, comparado con los tamaños de estas partículas. ¿Cómo saber si este "modelo" de la realidad atómica es cierto? Regresando casi 100 años para ver el experimento de Rutherford, se puede comprobar que bombardeando una laminilla muy delgada de material (Rutherford escogió el oro, por maleable) con partículas alfa, de tamaños similares al de los del oro, la mayor parte de estas partículas pasaban como si nada, pero algunas pocas rebotaban en sentido contrario. Sabiendo que la partícula alfa es un núcleo de helio (sin electrones), la única razón de este comportamiento (muchas partículas atravesando el oro y pocas rebotando) era determinando que los átomos de oro tenían núcleos pequeños comparados con el átomo mismo, en los cuales algunas pocas partículas alfa rebotaban de vez en cuando.
De seguro Rutherford y compañia no conocían el átomo (ni lo podían ver), pero ese no fue obstáculo para generar un concepto bastante útil del mismo. Podemos determinar sus características si somos cuidadosos en diseñar experimentos que nos proporcionen esos datos._____________________
Con respecto a la pregunta 4, no creo que sea necesario usar a la física cuántica para indagar en nuestro interior la naturaleza de los extraterrestres para poder verlos. Así como no vemos los átomos, tampoco "vemos" a los extraterrestres. Digo vemos porque me incluyo en un grupo de personas (muy grande por cierto) que NUNCA los hemos visto (vamos, ni sus supuestas naves ni nada por el estilo). ¿Qué experimento podemos hacer para verificar si son reales? Podemos analizar los sitios donde supuestamente estuvieron, y ver si hay algo que "NO" sea terrestre. Hasta ahora los resultados han sido nulos. ¿Qué podría esperarse? No lo sé a ciencia cierta, pero quizá unos pedacitos de metales con aleación de composición desconocida, un poco de ADN de sus babas o de material orgánico de sus excretas dilucidaría la cuestión.
Sería demasiado infantil pensar que gracias a la física cuántica podemos demostrar que los extraterrestres existen aunque no los veamos. O que con la física cuántica demostraremos (sin experimentos y sin evidencias) que existe dios o que existen los espíritus chocarreros, los nibelungos, los poltergeist o los deliciosos súcubos (que nunca, pero de veras nunca se me han aparecido, aunque los invoque con inaudita vehemencia).
Habría que diseñar uno que otro experimento que pueda ser llevado a cabo por cualquier persona con un poco de entusiasmo para demostrar que esos conceptos no sólo están en nuestro interior. Alguna vez ya inicié la lista de requisitos para diseñar un experimento que demuestre que existe la reencarnación.
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Existen tres niveles en los que podemos concebir la realidad.
¿En qué nivel nos movemos? ¿En cual de estas tres clasificaciones nos movemos? Yo pienso que en las tres. No podemos descartar que vivimos en un universo en el que las dos primeras clases de realidad están siendo desentrañadas día a día por la ciencia y la tecnología. Pero tampoco podemos descartar que la tercera clase siempre vive con nosotros, siempre está presente y siempre nos lleva a desear que la realidad fuese a nuestra conveniencia particular. Mantener un balance adecuado con esta forma de ver la realidad es un elemento clave para poder continuar con el estudio de la REALIDAD.
- El nivel macroscópico, en el que la realidad es como es, y poco podemos hacer para cambiar las reglas de esa realidad. Podemos usar esas reglas para cambiarla de forma o de color o de estado, pero las reglas son inamovibles.
- El nivel microscópico, en el que la realidad depende del modo en el que la observemos, aunque no podamos hacer mucho para que, una vez alterada esa realidad microscópica, llevemos el resultado al nivel 1.
- El nivel psicológico, en el que nuestra realidad es fabricada por nuestros filtros de percepción. En este último nivel me estoy refiriendo en cursivas a la colección de percepciones que desarrollamos conforme aprendemos a ver el mundo. Añado también la imaginación exacerbada como fuente de realidad en este nivel.
La realidad profana, esa que vemos todos los días, la cotidiana que nos afecta y que podemos percibir sin necesidad de irnos al terreno molecular, atómico, nuclear o más pequeño aun, es una realidad "promedio" ¿Qué significa eso? Que aunque en el nivel nanoscópico entendamos que hay más espacio vacío que materia en una molécula, en promedio, las fuerzas electromagnéticas de cada átomo (multiplicada por un número gigantesco, conocido como el número de avogadro) crean una sensación macroscópica de solidez como en los sólidos (o humedad como en los líquidos, o elusividad como en los gases). Esa realidad macroscópica no puede ser cambiada si cambiamos el espín de un electrón, por decir algo, usando técnicas de experimentación cuánticas.
No hay nada de sagrado o esotérico en la física cuántica. Simplemente es anti-intuitiva debido a que no empata con la realidad macro, lo cual es una situación chocante que los físicos han tratado de eliminar mediante la proposición de una teoría unificada, sin éxito hasta el momento.
La otra realidad, la de nuestra mente, es muy veleidosa. Pero no podemos hacerla a un lado, siempre está presente en la posibilidad de tener sesgos de percepción. Por si eso fuese poco, debemos tener en cuenta que no hay más entusiasmo en la gente que ver realizados sus sueños. Realizados (en la realidad macro) los sueños de su realidad mental, en la que existe un enorme riesgo de ser afectada por casi cualquier cosa. Tállate los ojos cerrados y, aun en ausencia total de luz verdadera, tu mente te dirá que "viste" luces.
Como conclusión podemos decir que la física cuántica no pretende demostrar que lo que ocurre dentro de nosotros creará lo que ocurre fuera de nosotros. Son los muy humanos deseos excacerbados de convertir en realidad los sueños (como los de los extraterrestres y los ovnis) los que pretenden hacer esa tarea.
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Con respecto a la afirmación 3, es necesario afinar la razón para poder discernir si es necesario conocer algo antes de poder verlo.
Para evitar sesgos en la percepción de la realidad existen experimentos ingeniosos que nos dan la pauta para saber si son "nuestros ojos" o "nuestra mente" la que ve. Platicaba el otro día con un físico que intentaba hacerme dudar sobre la existencia de una silla. Me decía: "Tú ves la silla, pero no puedes decir si es real, debido a que tu percepción de esa silla inicia en tus sentidos, que pueden ser engañados, y luego por tu mente que puede estar alterada". Yo le respondí que podría diseñarse un experimento para saber si son mis sentidos los que me engañan al percibir la silla; Así le respondí: "Hagamos lo siguiente, tomo la silla y te la estrello en el lomo. Si tú te quejas, si a ti te duele, es que mi percepción de que la silla es real, era correcta". Humorismo aparte, así como ese hay un sinnúmero de experimentos para determinar si lo que "vimos " es real o imaginario.
Por ejemplo. Hay una teoría que dice que la materia está constituida por átomos y que cada átomo es una pequeña bolita con neutrones y protones, rodeada de electrones que le circundan. Según esta teoría, entre la bolita (conocida como "núcleo") y los electrones circundantes hay un vacío enorme, comparado con los tamaños de estas partículas. ¿Cómo saber si este "modelo" de la realidad atómica es cierto? Regresando casi 100 años para ver el experimento de Rutherford, se puede comprobar que bombardeando una laminilla muy delgada de material (Rutherford escogió el oro, por maleable) con partículas alfa, de tamaños similares al de los del oro, la mayor parte de estas partículas pasaban como si nada, pero algunas pocas rebotaban en sentido contrario. Sabiendo que la partícula alfa es un núcleo de helio (sin electrones), la única razón de este comportamiento (muchas partículas atravesando el oro y pocas rebotando) era determinando que los átomos de oro tenían núcleos pequeños comparados con el átomo mismo, en los cuales algunas pocas partículas alfa rebotaban de vez en cuando.
De seguro Rutherford y compañia no conocían el átomo (ni lo podían ver), pero ese no fue obstáculo para generar un concepto bastante útil del mismo. Podemos determinar sus características si somos cuidadosos en diseñar experimentos que nos proporcionen esos datos._____________________
Con respecto a la pregunta 4, no creo que sea necesario usar a la física cuántica para indagar en nuestro interior la naturaleza de los extraterrestres para poder verlos. Así como no vemos los átomos, tampoco "vemos" a los extraterrestres. Digo vemos porque me incluyo en un grupo de personas (muy grande por cierto) que NUNCA los hemos visto (vamos, ni sus supuestas naves ni nada por el estilo). ¿Qué experimento podemos hacer para verificar si son reales? Podemos analizar los sitios donde supuestamente estuvieron, y ver si hay algo que "NO" sea terrestre. Hasta ahora los resultados han sido nulos. ¿Qué podría esperarse? No lo sé a ciencia cierta, pero quizá unos pedacitos de metales con aleación de composición desconocida, un poco de ADN de sus babas o de material orgánico de sus excretas dilucidaría la cuestión.
Sería demasiado infantil pensar que gracias a la física cuántica podemos demostrar que los extraterrestres existen aunque no los veamos. O que con la física cuántica demostraremos (sin experimentos y sin evidencias) que existe dios o que existen los espíritus chocarreros, los nibelungos, los poltergeist o los deliciosos súcubos (que nunca, pero de veras nunca se me han aparecido, aunque los invoque con inaudita vehemencia).
Habría que diseñar uno que otro experimento que pueda ser llevado a cabo por cualquier persona con un poco de entusiasmo para demostrar que esos conceptos no sólo están en nuestro interior. Alguna vez ya inicié la lista de requisitos para diseñar un experimento que demuestre que existe la reencarnación.
Imagen: Una de las tantas encarnaciones del famoso y cuántico gato de Schödinger.
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