De Jonestown al tribalismo y a la política presidencial, los individuos buscan a los de igual parecer.
Desde Los Angeles Times
Por Michael Shermer
Traducción: KC
El 18 de noviembre pasado hace 30 años en las selvas de Guyana, Jim Jones, líder de la secta Templo de los Pueblos, ordenó el suicidio en masa o asesinato de más de 900 de sus propios seguidores induciéndoles a beber ponche con cianuro o por inyección letal. Él había controlado casi toda la información de entrada en el grupo y les advirtió a diario que "ellos" (el gobierno, los imperialistas, capitalistas codiciosos, etc) eran el enemigo. Así que cuando el congresista Leo Ryan y su equipo de investigación llegó a en Guyana, los seguidores de Jones fueron preparados para creer que "ellos" venían a destruirles y tenían que ser detenidos en su intento. Después de que el congresista y otras personas de su partido fueron asesinados, Jones dijo que los miembros de culto que ahora realmente "ellos" vendrían a eliminarlos, y que su única opción era pasar a la siguiente etapa de la vida.
Aunque algunos miembros trataron de escapar (y fueron baleados), y otros más fueron obligados a beber el veneno, la mayoría estaban atrapados en el contagio del momento y se quitaron voluntariamente sus propias vidas y las de sus hijos. Se puede escuchar los gritos y las voces en sus momentos finales, capturados en cinta, como Jones los impulsaba:
Lamentablemente, Jonestown no fue un evento único. El 26 de marzo, 1997, 39 miembros del culto Puerta del Cielo bebieron una mezcla mortal (y como medida de seguridad fueron asfixiados con bolsas de plástico envueltas alrededor de sus cabezas), a fin de reunirse con la nave madre que creían venía en camino a la Tierra. ¿Cómo pueden ocurrir estas tragedias?
En general, este tipo de sistemas de creencias es lógicamente coherente y consistente cuando uno se encuentra dentro de ellos. No es hasta que se sale del grupo y se obtiene un punto de referencia diferente que la coherencia y la lógica desaparecen. Esta es la razón por la que los cultos controlan los movimientos de sus miembros y, en particular, su acceso a la información externa y el contacto con amigos y seres queridos en el mundo real. (Jones trasladó su grupo a Guyana desde San Francisco.) También son bien conocidos los efectos psicológicos sociales operando sobre estos grupos - tales como la pérdida de la individualidad, el cumplimiento de ciertos comportamientos y la conformidad de pensamiento bajo la presión del grupo, junto con el difusión de la responsabilidad individual y pensamiento grupal.
Pero hay algo más profundo que pasa aquí que pienso que afecta a los procesos cognitivos en todos nosotros como miembros de grupos sin-culto, como los partidos políticos: el sesgo de confirmación. Esto es cuando buscamos y encontramos pruebas que apoyan lo que ya creemos, e ignoramos o racionalizamos las evidencias que no lo apoyan. Y porque somos tan tribales por naturaleza, que empleamos el sesgo de confirmación con vigor extra cuando se trata de la defensa de los grupos a los que pertenecemos. Los republicanos tienden a escuchar las charlas en la radio conservadora, ver Fox News y leer el Wall Street Journal, recopilando datos y tomando nota de los argumentos que apoyan sus creencias políticas. Los Demócratas son más propensos a escuchar estaciones de radio progresivas, navegar por los blogs liberales y leer el New York Times. Todo el mundo lo hace.
La confirmación de sesgo explica por qué tantos rumores acerca de los candidatos fueron asimilados con entusiasmo recientemente. En la izquierda, los comentaristas se regodearon con falsos chismes acerca de la ignorancia de Sarah Palin (ella no sabía que África es un continente) y el fanatismo (ella trató de prohibir libros de la biblioteca pública) porque los liberales piensan que los conservadores son tontos y dogmáticos, y después de ocho años de malas políticas de George W. Bush y los yerros de Palin en la entrevista, los rumores simplemente se limitaron a confirmar lo que ya creían los liberales.
En la derecha, los conservadores estaban preparados para procesar como verdaderos los rumores acerca de que Barack Obama es un musulmán o árabe, o que su plan fiscal - que no se distingue de los de la mayoría de los candidatos demócratas en las últimas décadas - confirmó que él es un socialista, incluso mientras los republicanos estaban nacionalizando la industria financiera y maquillando el registro de deudas.
La investigación sobre el sesgo de confirmación ha encontrado que cuando los individuos son confrontados con las evidencias que contradicen profundamente sus creencias, las desestiman por no válidas, mientras que otros sujetos tratan la misma información como valiosa cuando se confirma lo que creen. En un estudio, por ejemplo, a los sujetos se les mostró un vídeo de un niño tomando un examen. Un grupo fue informado de que el niño era de una clase socioeconómica alta, y otro grupo fue informado de que el niño era de una clase socioeconómica baja. A los sujetos se les pidió evaluar la capacidad académica del niño sobre la base de los resultados de la prueba. El niño que se pensaba perteneciente al grupo socioeconómico alto fue calificado por encima del nivel promedio, pero el niño que se pensaba perteneciente al grupo socioeconómico fue calificado por debajo de nivel promedio. Mismos datos. Mismo chico. Diferentes interpretaciones.
El sesgo de confirmación oscila entre todos nosotros, especialmente cuando refuerza nuestro tribalismo interno. La mayoría de nosotros nunca se unirá a un culto, pero todos nosotros estamos sujetos a la atracción de pensar que la evidencia apoya nuestras más preciadas creencias. Dentro de Jonestown, las cotidianas arengas de Jim Jones confirmaban a los miembros de que su causa era justa y que, en última instancia, la muerte les traería paz y justicia.
Es por esta razón que tenemos que buscar evidencias que no conformen nuestro sistema de creencias, escuchar los argumentos de aquellos con quienes no estamos de acuerdo, pedir una crítica constructiva de nuestras creencias, y recordar las palabras de Oliver Cromwell a la Iglesia de Escocia en 1650: " Yo suplico a usted, por las entrañas de Cristo, que piense que es posible que esté confundido"
(Reprinted with permission from the copyright holder the Skeptics Society and Skeptic magazine, www.skeptic.com)
Desde Los Angeles Times
Por Michael Shermer
Traducción: KC
El 18 de noviembre pasado hace 30 años en las selvas de Guyana, Jim Jones, líder de la secta Templo de los Pueblos, ordenó el suicidio en masa o asesinato de más de 900 de sus propios seguidores induciéndoles a beber ponche con cianuro o por inyección letal. Él había controlado casi toda la información de entrada en el grupo y les advirtió a diario que "ellos" (el gobierno, los imperialistas, capitalistas codiciosos, etc) eran el enemigo. Así que cuando el congresista Leo Ryan y su equipo de investigación llegó a en Guyana, los seguidores de Jones fueron preparados para creer que "ellos" venían a destruirles y tenían que ser detenidos en su intento. Después de que el congresista y otras personas de su partido fueron asesinados, Jones dijo que los miembros de culto que ahora realmente "ellos" vendrían a eliminarlos, y que su única opción era pasar a la siguiente etapa de la vida.
Aunque algunos miembros trataron de escapar (y fueron baleados), y otros más fueron obligados a beber el veneno, la mayoría estaban atrapados en el contagio del momento y se quitaron voluntariamente sus propias vidas y las de sus hijos. Se puede escuchar los gritos y las voces en sus momentos finales, capturados en cinta, como Jones los impulsaba:
"Por favor. Por el amor de Dios, vamos a seguir adelante con esto... Hemos tenido demasiado de este mundo como se podría tener... Este es un suicidio revolucionario. Esto no es un suicidio auto-destructivo. Así que tendrán que pagar por ello. Trajeron esta desgracia sobre nosotros. Y ahora tendrán que pagar por ello. Dejo este destino para ellos... Si todos se relajan. La mejor cosa para hacer es relajarse, y no tendrán problema... Acaben su vida con dignidad. No derramen lágrimas en su agonía. No hay nada con la muerte... ¡Paren esta histeria!. Este no es el camino para que las personas socialistas o comunistas mueran. Nosotros debemos morir con dignidad... La muerte es un millón de veces preferible a 10 días más de esta vida. Si sabías lo que tenías delante - te alegrarás de haberte ido esta noche... Dénse prisa, dénse prisa mis hijos. Apresúrense".
Lamentablemente, Jonestown no fue un evento único. El 26 de marzo, 1997, 39 miembros del culto Puerta del Cielo bebieron una mezcla mortal (y como medida de seguridad fueron asfixiados con bolsas de plástico envueltas alrededor de sus cabezas), a fin de reunirse con la nave madre que creían venía en camino a la Tierra. ¿Cómo pueden ocurrir estas tragedias?
En general, este tipo de sistemas de creencias es lógicamente coherente y consistente cuando uno se encuentra dentro de ellos. No es hasta que se sale del grupo y se obtiene un punto de referencia diferente que la coherencia y la lógica desaparecen. Esta es la razón por la que los cultos controlan los movimientos de sus miembros y, en particular, su acceso a la información externa y el contacto con amigos y seres queridos en el mundo real. (Jones trasladó su grupo a Guyana desde San Francisco.) También son bien conocidos los efectos psicológicos sociales operando sobre estos grupos - tales como la pérdida de la individualidad, el cumplimiento de ciertos comportamientos y la conformidad de pensamiento bajo la presión del grupo, junto con el difusión de la responsabilidad individual y pensamiento grupal.
Pero hay algo más profundo que pasa aquí que pienso que afecta a los procesos cognitivos en todos nosotros como miembros de grupos sin-culto, como los partidos políticos: el sesgo de confirmación. Esto es cuando buscamos y encontramos pruebas que apoyan lo que ya creemos, e ignoramos o racionalizamos las evidencias que no lo apoyan. Y porque somos tan tribales por naturaleza, que empleamos el sesgo de confirmación con vigor extra cuando se trata de la defensa de los grupos a los que pertenecemos. Los republicanos tienden a escuchar las charlas en la radio conservadora, ver Fox News y leer el Wall Street Journal, recopilando datos y tomando nota de los argumentos que apoyan sus creencias políticas. Los Demócratas son más propensos a escuchar estaciones de radio progresivas, navegar por los blogs liberales y leer el New York Times. Todo el mundo lo hace.
La confirmación de sesgo explica por qué tantos rumores acerca de los candidatos fueron asimilados con entusiasmo recientemente. En la izquierda, los comentaristas se regodearon con falsos chismes acerca de la ignorancia de Sarah Palin (ella no sabía que África es un continente) y el fanatismo (ella trató de prohibir libros de la biblioteca pública) porque los liberales piensan que los conservadores son tontos y dogmáticos, y después de ocho años de malas políticas de George W. Bush y los yerros de Palin en la entrevista, los rumores simplemente se limitaron a confirmar lo que ya creían los liberales.
En la derecha, los conservadores estaban preparados para procesar como verdaderos los rumores acerca de que Barack Obama es un musulmán o árabe, o que su plan fiscal - que no se distingue de los de la mayoría de los candidatos demócratas en las últimas décadas - confirmó que él es un socialista, incluso mientras los republicanos estaban nacionalizando la industria financiera y maquillando el registro de deudas.
La investigación sobre el sesgo de confirmación ha encontrado que cuando los individuos son confrontados con las evidencias que contradicen profundamente sus creencias, las desestiman por no válidas, mientras que otros sujetos tratan la misma información como valiosa cuando se confirma lo que creen. En un estudio, por ejemplo, a los sujetos se les mostró un vídeo de un niño tomando un examen. Un grupo fue informado de que el niño era de una clase socioeconómica alta, y otro grupo fue informado de que el niño era de una clase socioeconómica baja. A los sujetos se les pidió evaluar la capacidad académica del niño sobre la base de los resultados de la prueba. El niño que se pensaba perteneciente al grupo socioeconómico alto fue calificado por encima del nivel promedio, pero el niño que se pensaba perteneciente al grupo socioeconómico fue calificado por debajo de nivel promedio. Mismos datos. Mismo chico. Diferentes interpretaciones.
El sesgo de confirmación oscila entre todos nosotros, especialmente cuando refuerza nuestro tribalismo interno. La mayoría de nosotros nunca se unirá a un culto, pero todos nosotros estamos sujetos a la atracción de pensar que la evidencia apoya nuestras más preciadas creencias. Dentro de Jonestown, las cotidianas arengas de Jim Jones confirmaban a los miembros de que su causa era justa y que, en última instancia, la muerte les traería paz y justicia.
Es por esta razón que tenemos que buscar evidencias que no conformen nuestro sistema de creencias, escuchar los argumentos de aquellos con quienes no estamos de acuerdo, pedir una crítica constructiva de nuestras creencias, y recordar las palabras de Oliver Cromwell a la Iglesia de Escocia en 1650: " Yo suplico a usted, por las entrañas de Cristo, que piense que es posible que esté confundido"
(Reprinted with permission from the copyright holder the Skeptics Society and Skeptic magazine, www.skeptic.com)
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