"No sé porque hay gente que desacredita y habla mal de algo o alguien sin siquiera investigar o saber de que se trata."
"Como hay personas que al no ser o hacer nada trascendente en la vida real, pretenden destacar aún desacreditando a los demás por lo menos"
María Consuelo González Cueva
Voltaire"Los prejuicios son lo que los estúpidos utilizan en lugar de la razón"
"El agravio es la razón de los que no tienen razón"
En este camino tortuoso del predicador del escepticismo y del pensamiento crítico, uno a veces se topa con gente que nomás no tolera que los demás piensen diferente. Hay algunos que se sienten sumamente agredidos con los cuestionamientos del escepticismo, como el "sobrino" del camarada Lev, quien aseguraba tener evidencias de los elementos súper pesados (vieja historia), o bien como la dama que pretendía saber la fórmula de la invisibilidad mediante una especie "auto castración" y que aseguraba que los fotones son "seres inteligentes". O como una antropóloga evolucionada que de pronto se suelta con ofensas regionalistas y agresivas diatribas sin fundamento alguno.
El caso
En uno de estos grupos de Yahoo que tanto menciono, de buenas a primeras una forista se lanzó con comentarios agresivos en contra de su seguro servidor porque (según me enteré recientemente), se "imaginó" (o se inventó) que me había dirigido a ella con "palabras muy despectivas" debido a que ella "pensaba que dios sí existe" (Para mejor referencia véase la intervención del forista que le respondió a esta señora. Es claro que ese forista NO soy yo).
La historia es larga y data de 2005, pero no aburriré a la amable concurrencia con relatos de la historia (y la antropología) no tan reciente. Sólo referiré que una de sus agresivas misivas sirvió para inventarme el asunto de Higadolandia.
Lo interesante del caso es que esta forista (antropóloga evolucionada) afirmó sobre su seguro servilleta cosas como las siguientes (incluyo entre paréntesis la liga de la intervención mía que dio origen a su comentario):
(Ella respondía directamente al mensaje en el que compartí la entrada "Escepticismo e Ingenuidad").
- Si no crees en nada de esto, ¿Que haces en un grupo que si cree? Es como quererte meter a una fiesta que no has sido invitado, pero además de que te metes de colado, tratas de arruinarla. ¿Porque no buscas un grupo que se llame "Escépticos anónimos" o algo así?. Debe de haber........¿O que?, ¿quieres convencernos a TODOS de TU verdad?
(Esta fue su respuesta a esta serie de intercambios casi monosilábicos)
- Te delatas solito; eres un chilango que se cree como buen chilango muy fregón
- Tu soberbia y tus ataques así lo indican porque eres el único que me ha atacado
- Una cosa es tener diferentes opiniones y expresarlo con respeto y otra es mostrar lo frustrado que estás, me imagino que has de ser un señorcito que en ningún lado se nota y por eso descargas tu amargura y demuestras tus ansias de ser aceptado.
- Por esto, tu saña en atacar y calificar a la gente que ni conoces.
- Tu inmadurez y tu falta de seguridad la demuestras además con el seudónimo tan mamm....que usas.. y con él se nota también lo naco y chilango que eres.
- Te has de llamar en realidad Nopalino Huarachéz o algo así.
- ¿Que se puede esperar de un don nadie como seguramente eres tu?
- Todos los chilangos son iguales....taaaaan soberios y tan groseros.....y tan fantoches.....que dan ¡Guácala! y uuueva!!!!
- Yo los conozco muy bien porque viví en tu popómetrópolis muchos años...(los peores de mi vida) puros ladrones y psicópatas como tu....
(Esto le respondía a otra forista que, como la antropóloga, erró el tiro y me confundió con otra persona)
- Porque este señor, alias "Keith" no quiere discutir temas, quiere crear caos y polémica, quiere imponer su forma de pensar y lo hace de forma grosera, vulgar y agresiva.
- Lo siento mucho... me da digamos, pena ajena, por ser paisano mío. Pero te aseguro que no todos en México somos así de prepotentes.
(Esto respondió a mi directa pregunta "¿Qué es lo que te da vergüenza de mi?")
- No te conozco. Aunque si reconozco que a veces como te he dicho anteriormente, me da más bien lástima las personas que como tu, se creen "la última coca del desierto", "los poseedores de la verdad única ", "los defensores de la racionalidad y de la ciencia ortodoxa y convencional como único camino posible", "los manipulados por unos medios cada vez más adormecedores e hipnóticos que les dicen que pensar", "los que no creen más que en lo que pueden tocar o ver con sus ojitos físicos",
- Me dan pena los que no pueden abrir esos ojitos y ver más allá de lo tangible, porque aún no han madurado lo suficiente para poder hacerlo y pasar al siguiente nivel evolutivo.
Los maduros y evolucionados
Lo rescatable de estas diatribas es la exhibición de las contradicciones de gente, como esta forista, que pretenden tener un nivel superior de madurez y evolución (lo que esto signifique) y que sienten pena porque según ellos su seguro servidor no ha madurado lo suficiente y no ha pasado al siguiente nivel evolutivo.
Las aseveraciones de esta forista, antropóloga evolucionada y madura, harían suponer que se encuentra en mejor posición de madurez y evolución como para sentir lástima por mis carencias en este sentido. Entonces ¿Cómo explicar que se lance con agresiones sin bases para decir tanta tontería sobre su seguro servidor (y su escéptica forma de pensar)? Si dice que no me conoce ¿Cómo sabe lo que yo me creo? ¿No resulta contradictorio afirmar cualquier cosa sobre mi persona si inicia su diatriba aceptando que NO me conoce? Debido a que, según dice, vivió un tiempo en la Ciudad de México DF y después de haber adquirido un amplísimo conocimiento de la idioscincracia del capitalino ¿tiene suficiente autoridad para calificar a todos los capitalinos y juzgarme sin conocerme? ¿A eso se le llama madurez? ¿A eso se le llama evolución? ¿Es capaz de saberlo TODO sobre mí (como por ejemplo si soy psicópata y ladrón), sin conocerme? ¡Vaya prejuicios!
El modelo
Lo que sucede, pienso, quizás tenga que ver con ese afán humano de aparentar lo que no se es, de fingir lo que se quisiera ser y hacer cualquier cosa, mentir, engañar, pasar por encima de los diferentes y actuar (a veces) como una jauría de predadores antes que abandonar la pose, la falacia, la máscara. Me he encontrado con gente que se piensan de sí mismos como personas "buenas y generosas", y que resultaban tener actitudes mezquinas y miserables al pormayor.
En estos casos del ambiente virtual, me he dado cuenta de que:
- Un charlatán (Adolfo Gandín Ocampo) quisiera ser científico por arte y gracia de su habilidad para ofender y hablar en tono autoritario, pero sólo atina a hacer el ridículo con sus necedades.
- Una dama sexagenaria quiere ser el "alma" de la ovnilogía pero no se da cuenta que le falla la biología de nivel secundaria.
- Una antropóloga regiomontana quiere poseer la verdad sobre El fin de las eras y del tiempo (título de un libro que escribió), y ser una persona evolucionada y madura porque "cree" sin ver, pero por no ver bien (quien es quien) agrede y miente a diestra y siniestra.
Otra causa puede ser también el amor que los humanos prodigamos a nuestros prejuicios. Somos muy dados a elaborar ideas en nuestra mente y a desarrollar toda una "lógica" de nuevas ideas que refuerzan a las primeras, pero que rara vez tienen algo que ver con la realidad. Estas ideas se arraigan tanto que evitan que miremos con imparcialidad hacia la realidad y nos quedemos en eterno abrazo con nuestras torcidas ideas y falsos prejuicios.
Lo más sencillo del mundo es abrazar estos prejuicios y defenderlos ofendiendo y descalificando a las personas que no los comparten. Después de todo, los prejuicios nos evitan la dolorosa y agotadora tarea de pensar por nosotros mismos e indagar más sobre aquello de lo que nos hicimos las ideas prejuiciosas.
Lo difícil es preguntar, investigar y arriesgarnos a que las respuestas y las evidencias reales (no imaginadas) nos arranquen de nuestro abrazo de amor con los prejuicios.
Actualización: Otra causa de este comportamiento puede ser (otorgando el beneficio de la duda a estos presonajes) el llamado sesgo de confirmación, que analiza con detalle Michael Shermer y cuya opinión al respecto se reproduce en la siguiente entrada.
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