Observa todo lo blanco que hay en torno tuyo, pero recuerda todo lo negro que existe.
Lao-tsé
Desde New Scientist
Por Stephen Battersby
Traducción y resumen: KC
Como un ojo gigante de color azul claro, la Tierra observa el centro de nuestra galaxia. A través de la luz y la niebla se está tratando de vislumbrar un algo indistinto a 30,000 años luz de distancia. Allí, dentro de los espumosos paisajes estelares del núcleo de la galaxia ... no, no los soles gigantes o las nubes de gas colisionando; tampoco el brillo de rayos gamma por la aniquilación de la antimateria. No, justo ahí en el centro, dentro de ese nebuloso remolino de materia condenada ¿podría ser el indicio de una sombra?
La sombra que estamos intentando ver es la de un monstruoso agujero negro, un lugar donde la gravedad rige suprema, tragando luz y extiendiendo el tejido del espacio al punto de ruptura. Los agujeros negros son quizás las predicciones más atroces de la ciencia, y aunque podemos elaborar bonitas imágenes teóricas de ellos y apuntar hacia evidencias de que muchos objetos parecen ser agujero negros, nadie ha visto uno.
Pero eso podría cambiar en los próximos meses. Los astrónomos están tratando de vincular una red de telescopios de microondas en todo el planeta para hacer un instrumento único con la visión más aguda todavía. Ellos voltearán sus gigantes ojos hacia lo que se piensa es un agujero negro supermasivo en el centro de nuestra galaxia, con nombre clave Sagitario A * (ver imagen).
Incluso parcialmente construído, el ojo el microondas ya ha producido una vaga imagen de Sagitario A *. El pasado mes de septiembre, un equipo dirigido por Shep Doeleman del Observatorio Haystack del Instituto de Tecnología de Massachusetts en Westford publicó los resultados que son casi lo suficientemente buenos para mostrar el renombredo agujero negro (Nature, vol 455, p 78).
Pronto, Doeleman y su equipo esperan ver la silueta del agujero. Luego quieren observar la materia caer en él con el fin de trazar el retorcido espacio-tiempo alrededor del agujero negro. Eso podría decirnos cómo se formó y creció.
Estas observaciones también serán las pruebas más concluyentes de la teoría de la relatividad general de Einstein, que predice la existencia de los agujeros negros. Si la relatividad no se comprobase, Doeleman y su equipo no podrían ver un agujero negro en absoluto, sino algo aun más extraño.
Lo que sí sabemos con seguridad es que algo grande se esconde en el centro de nuestra galaxia - ya que su poderosa gravedad afecta el movimiento de las estrellas cercanas y del gas que lo rodea. Ese algo tiene alrededor de 4.5 millones de veces la masa del sol, hacinada en un área del tamaño del sistema solar interior. Hay pocas formas obvias para empacar cosas tan herméticamente. Cuatro millones de soles serían un regalo muertos, por ejemplo. Un enjambre de estrellas de neutrones o pequeños agujeros negros sería muy inestable. Así que nuestra mejor opción es un agujero negro masivo.
Sabemos con certeza que algo grande se esconde en el centro de la galaxia. Aunque no es fácil de observar
Se piensa que un agujero negro supermasivo se asienta en el centro de la mayoría de las grandes galaxias. En algunas así llamadas galaxias activas, enormes cantidades de gas se arremolinan hacia el agujero negro, formando un disco de materia caliente en torno a él que a menudo eclipsa los miles de millones de estrellas circundantes.
Nuestro propio monstruo galáctico está menos alimentados, pues sobrevive sólo un fino flujo de gas a partir de las estrellas cercanas. Como este gas cae hacia el agujero que también se calienta y brilla, aunque más débilmente que el disco en una galaxia activa. Todos los tipos de radiaciones electromagnéticas se emiten, y van desde radio a los rayos X (ver imagen).
Por supuesto, el agujero negro en sí no brilla, ya que realmente se traga la luz. Así es como esperamos poder verlo: luz a partir del gas que será devorado girando en torno al agujero, por lo que el agujero debe aparecer como una sombra o silueta contra el fondo de gas brillante y caliente.
Imagen: NASA
2 comentarios:
Yo creí que mi hijo sabía mucho de agujeros negros, sobre todo si tomamos en cuenta su edad: 5 años. Lo que me sorprendió fue que, precisamente anoche, me enseñara algo nuevo acerca de tales mounstros espaciales...
Estimado The Jab
¿Y que fue lo que te enseñó tu chilpayate?
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