Ningún gobierno puede sostenerse sin el principio del temor así como del deber. Los hombres buenos obedecerán a este último, pero los malos solamente al primero.
El mensaje (que puede verse completo en la liga del párrafo anterior) decía así:
Pero lo narro y mi familia está tranquila.
Thomas Jefferson
El viernes pasado, 16 de abril de 2010, circuló en varios medios electrónicos y a través de mensajes individuales de correo-e, una amenaza-advertencia de un supuesto grupo de narcotraficantes autodenominado Cartel del Pacífico Sur (o CPS). El mensaje advertía que habría un "toque de queda" en la zona de Cuernavaca y sus alrededores, en el estado mexicano de Morelos.
El mensaje (que puede verse completo en la liga del párrafo anterior) decía así:
POR MEDIO DE ESTA PRESENTE A TODA LA CIUDADANÍA DE MORELOS UNA VEZ INFORMADA DE NUESTROS MOVIMIENTOS SE LES AVISA QUE EL DÍA VIERNES 16 DE ABRIL SE DARÁ EL TOQUE DE QUEDA, ESTO SIGNIFICA QUE A PARTIR DE LAS 20:00 HRS SE LES RECOMIENDA NO SALIR POR QUE ESTAREMOS EN OPERATIVO. LAS ORDENES ESTAN DICHAS NO HAY PASO ATRAS, HIJOS DE PAPI ES MEJOR CABRONES QUE NO SE CREAN NARCOS CON PICKAPS Y TROCAS CON VIDRIOS POLARIZADOS POR QUE LOS CONFUNDIMOS ESTO VA A DURAR POCO POR EL "JEFE DE JEFES" LA TRANQUILIDAD REGRESARA ASÍ COMO SIEMPRE LO QUIZO EL.
Lo que provocó este mensaje difundido y vuelto a difundir por las redes sociales y por correo electrónico fue una especie de sicosis en Cuernavaca y zonas aledañas. Se reportó que casi la totalidad de los bares y discotecas de Cuernavaca cerraron temprano o de plano ni abrieron, fuese por falta de clientes o bien por ausentismo de empleados (http://www.lajornadamorelos.com/component/content/article/85922). Se llegó a informar de los alumnos de una escuela que pidieron "salir temprano" el viernes 16 para evitar el toque de queda.
Incluso se llegó a afirmar que el toque de queda había sido decretado por el gobierno estatal, cosa que se desmintió poco después. Lo que es cierto es que en Cuernavaca y en municipios aledaños se había desatado una ola de macabros hallazgos. El mismo viernes se encontraron dos cuerpos mutilados con claros narcomensajes:
La Procuraduría de Morelos informó que la primer víctima, localizada en la Colonia Acapatzingo de Cuernavaca, tenía los brazos, piernas y cabeza cercenadas, además de que el cuero cabelludo y la piel de la cara le fueron desprendidas. También hallaron un mensaje dirigido a Édgar Valdez, "La Barbie", firmado presuntamente por el Cártel Pacífico Sur (CPS).
Por la tarde, como a las 18:00 horas, el cuerpo sin vida de otra persona fue encontrado sobre el acotamiento de la Autopista Cuernavaca- Acapulco, en las inmediaciones del kilómetro 95+500, en el sentido norte-sur.
El cuerpo también estaba envuelto en bolsas negras y tenía un mensaje que decía "CPS Apoya la Resistencia".
Unos días antes aparecieron dos cadáveres baleados, colgados de un puente justo frente al más nuevo centro comercial de Cuernavaca. Y así por el estilo, se venían dando incendios provocados, hallazgos de cadáveres decapitados y toda una parafernalia digna de un estado de guerra.
Lo importante en este caso fue que la gente sí se amedrentó y se procuró no salir de juerga como comunmente sucede los viernes y sábados en Cuernavaca. Yo llegaba ese viernes a las 22:00 h desde Cancún al aeropuerto de la Cd. de México, y mi plan era trasladarme a esa hora a Cuernavaca en el servicio Pullman de Morelos.
Aunque ya había leído la noticia del supuesto toque de queda, me parecía que no se justificaba hacer caso de la amenaza. No fue sino hasta que mi esposa me llamó preocupada, justo antes de que yo abordase el avión en Cancún, para pedirme que no viajara a Cuernavaca esa noche y me quedase en el D.F., cuando percibí la aungustia de la gente. Me comentó que había recibido el mensaje por correo electrónico varias veces y que sus amistades le habían comentado con preocupación que había un fuerte operativo militar y de la policía en la ciudad de la eterna primavera.
Finalmente decidí hacer caso a su petición.
Finalmente decidí hacer caso a su petición.
La evidencia para sustentar mi cambio de opinión era la ola de ejecuciones violentas en esta región a raiz de la muerte de uno de los capos de la droga, Arturo Beltrán Leyva. Recordemos que un operativo sitió a este narcotraficante en un apartamiento de lujo cerca del centro de Cuernavaca, operativo que culminó con la muerte del capo enmedio de un fuerte tiroteo y con un escándalo por la difusión de algunas fotografías de su cadaver totalmente fuera de todo protocolo (ver liga anterior).
Así que aun con mi escepticismo natural y con mi aversión por caer en los engaños de los terroristas informáticos, en esta ocasión opté por la prudencia y evité deambular por las calles de Cuernavaca la noche de ese viernes 16, reduciendo el riesgo de encontrarme de repente entre el fuego cruzado de matones de los cárteles en pugna (como le pasó a la familia que fue acribillada en Acapulco).
Y aquí estoy, narrando a mis lectores cómo es que el sábado siguiente, un camión del ejército, repleto de soldados armados hasta los dientes, patrulló el tranquilo fraccionamiento donde habita su seguro servidor. Por primera vez en 30 años de haber sido inaugurado. Y cómo es que finalmente no hubo matanza entre narcos, al menos no en el estilo de lo que se ve en películas como El Padrino.
Pero lo narro y mi familia está tranquila.
1 comentario:
Por acá en Nuevo León las cosas también han estado peligrosas, pero al menos no me han llegado correos de ese tipo.
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