jueves, 16 de septiembre de 2010

México, no creo en ti, aunque tengas 200 años

México, creo en ti,
Como en el vértice de un juramento.
Tú hueles a tragedia, tierra mía,
Y sin embargo, ríes demasiado,
A caso porque sabes que la risa
Es la envoltura de un dolor callado.


Ricardo López Méndez



Pues sí, mis estimados lectores. Se llega al momento de hablar en este espacio sobre el muy nombrado Bicentenario de la República Mexicana. Pero no me es posible hablar de tan importante cumpleaños dejando a un lado el escepticismo que nos caracteriza en este su humilde pero orgulloso espacio.


Esta reflexión se basa en el poema de Don Ricardo López Méndez, pues contiene los elementos que pueden servir como base de una crítica escéptica al puro estilo de la casa. El poema mencionado puede verse completo en http://www.martinparedes.com/MexicoCreoenTi.


De entrada, el título de la entrada es totalmente contrario al título del poema. Yo no creo en México ¿qué razones me llevarían a creer en un concepto tan etéreo como "país"? ¿Acaso es posible creer en algo que es prácticamente intangible, inmaterial, imposible de aislar para su estudio, e imposible de analizar con objetividad?


Dice la RAE sobre el significado de País: Nación, región, provincia o territorio. Las dos últimas acepciones sí son tangibles, analizables y con una buena probabilidad de ser analizadas con objetividad, pero la primera tiene sus asegunes.


Nación:


1. f. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno.
2. f. Territorio de ese país.
3. f. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición


¿Quién entiende a la RAE? Acaso es país sólo territorio, sólo población, o una combinación entre ambos conceptos? Si sólo hablamos de territorio, bueno, pues mi país, México, ubicado en el sur del subcontinente norteamericano, comparte frontera por el norte con Estados Unidos y al sureste con Centroamérica, particularmente con Guatemala y Belice. Su superficie es de 1.964.375 km², con una superficie continental de 1.959.248 km² y una insular de 5.127 km². Esta extensión lo ubica en el decimocuarto lugar entre los países del mundo con mayor territorio. La longitud de sus costas continentales es de 11,122 km, por lo cual ocupa el segundo lugar en América, después de Canadá, repartidos en dos vertientes: al occidente, el océano Pacífico y el golfo de California; y al este, el golfo de México y el mar Caribe, que forman parte de la cuenca del océano Atlántico (datos tomados desde Wikipedia).


Pero si es población, la cosa cambia. México es una amalgama de razas, de orígenes, de genéticas y de culturas de lo más variada. Dice la Wikipedia: México es étnicamente diverso. El artículo 2º de la Constitución Mexicana define al país como una nación pluricultural fundada sobre el principio de los pueblos indígenas. El México actual se caracteriza por ser una "nación mestiza", o como dijera José Vasconcelos Calderón (1925), un "crisol de todas las razas" tanto cultural como racialmente. O como digo yo:


México es el producto de la violación incompleta de la raza y cultura Azteca (con sus pueblos vecinos) por parte de una bola de malnacidos y ambiciosos españoles, quienes lograron realizarla (a medias) sólo por la ayuda inconsciente de una de las peores guerras bacteriológicas (Viruela).


Conceptos y opiniones aparte, el hecho es que como población, México ni siquiera es una mezcla homogénea entre nativos anahuacas y europeos. Mucha población sigue manteniendo una cierta regionalidad tradicional que data de los pobladores indígenas desde antes de la llegada de los españoles en 1492. Ahora que vivo en la península de Yucatán, puedo darme cuenta de la difrencia en rasgos morfólogicos que caracterizan a la población autóctona. Rasgos evidentemente Mayas (que semejan los rostros esculpidos en las estelas y relieves de las ruinas mayas de la regón) y rasgos especiales en la forma del cráneo (que no son semejantes a los de estas estelas o relieves. pero que son muy característicos de la zona, y que son objeto de bromas y chistes) regionalistas.


Ahora que si de lo que hablamos es que México es una combinación de territorio y población, ahí se jo_ió la cosa. Porque no hay forma de definir una combinación entre ambos conceptos que pueda representar lo que es México. Unas veces diremos que México es rico en cultura, con una gran diversidad de costumbres, climas y paisajes, pero otras diremos que México es un país corrupto, cuyos gobernantes tienen la deleznable característica de muchos de ellos se vuelven caciques al puro estilo precolombino y colonial. Y eso pasa en TODO el territorio, con TODA la población. Difícil asunto ¿no?


Pero lo que es bien cierto es que no necesitamos creer en México. Lo que debemos hacer es hacer de México (terrirorio, población o la mezcla de ambos) un concepto del cual nos podamos sentir orgullosos, objetivamente, racionalmente y sin fantasías (como las del Pípila, la de de los Niños Héroes, o de otros pasajes bochornosamente falsos de nuestra historia popularmente aceptada).


De entrada no sé lo que es el vértice de un juramento. Sé lo que es el vértice en el sentido geométrico, pero no me puedo imaginar ese concepto aplicado al de un juramento. Puedo aceptar que nos gusta "oler" a tragedia, pues en una puesta en escena de este tipo, siempre habrá una víctima, o un villano, o ambos caracteres. Puedo aceptar que nos gusta reir, especialmente de nosotros mismos, y que hacemos mofa hasta de la muerte.


Lo que no puedo aceptar es que la tragedia de la que habla don Ricardo López se deba a que tenemos un "dolor" que tratamos de enmascarar con risas. Pensar que algo nos "duele" como parte de la idioscincracia mexicana es bastante dramático e irreal.


Dice don Ricardo López de México: ...presiento que mucho te pareces a mi alma, que sé que existe pero no la veo. Pues ahí esta el detalle. Porque uno puede afirmar que existe el aire aunque uno no lo vea, y esa afirmación puede probarse de formas bastante claras (viendo los aviones volar o soplando sobre la mano). Pero uno difícilmente puede demostrar que hay un alma que "existe" aunque no se vea. De hecho no creo en el concepto tradicional de "alma".


No puedo creer en México sólo porque escribe su "...nombre con la X, que algo tiene de cruz y de calvario": En realidad asociar el nombre de México con la religión cristiana (con eso de las cruces y los calvarios, los clavos y las espinosas coronas) es muy mocho y además irreverente, después de saber que la religión católica fue utilizada por los invasores españoles como justificación para cometer atrocidades sin nombre en contra de nuestros antepasados mesoamericanos. Aunque confieso que en realidad me gusta mucho la X de México. ¿Será porque es una especie de negación, de rechazo, de oposición? Me gusta pensar que así es.


Y no puedo creer en México porque acaba de dizque cumplir 200 años. Apenas se festejan 200 años del inicio de la guerra de independencia, lo cual es bastante importante, pero esos iniciadores de esta contienda ni siquiera pensaron en hacer un "país" como México. Por mi parte festejaré más en 2021 (si es que llego), a los 200 años de la consumación de esa guerra de independencia. Pienso que a partir de ese momento se empieza a forjar el concepto de país (alianzas, tratados, planes, etc).


Prefiero afirmar que México es un territorio sin comparación, que es un pueblo diverso y que si es una mezcla de ambos conceptos, entonces México es una mezcla rica, sabrosa y divertida. Y que como tal puede ser "El punto de partida de nuestro impulso" como mexicanos, si en realidad queremos sentirnos orgullosos de serlo.


¿Yo? ¡Lo estoy!

4 comentarios:

lacuerdatensa dijo...

Acuerdo mi estimado con esto de esperar ustedes hasta el 2021 (como nosotros al 2016) para festejar a Vicente Nario (chascarrillo robado a un periodista de estos lares). Y celebro, revisar un poco qué es lo que estamos festejando exactamente, no sea que se nos sigan colando cositas como el "Día de la raza" el 12 de octubre, que no es precisamente una conmemoración de convivencia en la diversidad.

M.

Saludos desde la esquina azul

benediktron dijo...

Buen día!!!
Interesante su cuasianálisis del poema. Permítame intervenir ya que paree que le gusta la libre opinión.
1) Vértice de un juramento. Si alguien está familiarizado con poesía puede enlazar conceptos verbales de campos disímiles de la percepción. no le acuso a ud. de miras cortas, pero así como hay "color de voz", "miradas cortantes", "ásperas respuestas", para casi todos los que conozco que han leído ese poema el "vértice de un juramento" es el acento en "ínguesu!!", o la expresión "piiinch....". No tiene tanta ciencia.
2) Todas las veces que he escuchado el poema me parece que dice "tú eres la tragedia". nada importante.
3) Lo del dolor, pues ahí sí difiero con ud. Si no le doliera a ud. nada respecto a México no se molestaría en escribirlo, su opinión sobre la supuesta imposición de la religión es en sí misma la expresión de un dolor.
4)Con lo del alma mejor ni me molesto en explicarlo a fondo, sólo lo enuncio: Para el poeta los efectos del alma son tan claros como los del aire. Además nunca dice nada de probar, sólo dice "sé que existe, pero no la veo". Es de esperarse, para cualuqiera que entienda de poesía, que en este reino de las palabras los términos abarcan a veces más, a veces menos que para la persona de mente ecuadrada. Para un poeta, "ver" no se limita a lso ojos. Pero no me entretengo en explicarlo. Sigo: el que ud crea o no crea en el alma, en la ciencia, en la religión o en cualquier otra cosa, ni le va ni le viene al que sí lo hace. Con esto quiero decir que el alcance semántico del poema no está supeditado a las creencias del que lo lee, sino del que lo escribió.

Lo de la X. Es quizás muy complejo de explicar pero lo intentaré.
Es un mito urbano muy común lo de que la religión fue una herramienta de los conquistadores. si uno fuera a hacer caso a los neopseudoindigenistas que ensueñan con un pasado prehispánico idílico, creeria que todo era felicidad yque los oscuros frailes vinieron a traer"nos", digo traer"nos" porque es una soberana estuoidez eso de que los españoles nos hicieron algo. Estamos escribiendo en español, así que somos descendientes de Castilla, aunque a muchos les duela por su romántica pseudovisión de un paraíso indio que en realidad no existió jamás. EL que se tome la molestia de leer la verdadera historia hallará que a los conquistadores y encomenderos les molestaba que los indios fueran bautizados, pues al ser "cristianos

benediktron dijo...

nuevos" no se les podía explotar, azotar, matar tan impunemente como cuando eran indios-bestias. Pero muchos cuasipensadores por rencor a las prebendas que la Iglesia católica les ganó por mano naturalmente tienen que hablar mal de todo lo que signifique cristianismo.
Y aclaro: "los invasores expañoles contra nuestros antepasados", Es un hecho que los invasores españoles FUERON nuestros antepasados también, pésele a quien le pese y aunque nos caigan mal. De hecho, los indios muertos, NO fueron nuestros antepasados porque los genes se transmiten por los vivos, no por los muertos. Y así como ud, menciona las "vergonzosas mentiras" que para Ud son las historias de los Niños Héroes, cierto es que también la sarta de mitos urbanos sobre frailes explotadores y conquistadores cristianos no son menos mentira ni menos vergonzosas de creer. Es un hecho que los encomenderos disputaban con los bautizadores porque no les convenían los bautizados. Las rebeliones rarámuri o tepewana en contra de los frailes tuvieron motivos muy diferentes. Pero existe una corriente de pseudopensamiento popular que imagina a los españoels como bestias y a los "aztecas" como héroes, así como la de las camisetas del Che, la de los santos esos que los defeños andan cargando en brazos a todos lados, la iconografía rockeropseudomística, las vírgenes de Guadalupe en puestos de mercado. Ha de saber que la historia nos demuestra que a los aztecas nadie los quería y que la caída de Tenochtitlan fue aplaudida por una buena parte de los demás llamados indios. Caída que por cierto, NO era el objetivo del pringoso Cortés, ya que su ambición era reinar sobre ella. Si se vio obligado a destruirla (y para nada lo defiendo, me repugnan los españoletes que se suenan los mocos con los dedos y luego se los chupan) fue porque las vacilaciones de Mooteukzoma aconsejado por sus supersticiosos funcionarios hicieron fallar cualquier estrategia útil. Ni se decidieron a aplastar a los españoels cuando todavía era posible, ni se decidieron a formar con ellos una alianza para dominar todo el Anawak, que era lo que quería Cortés y que quizás hubiera preservado Tenochtitlan, tristemente destruida por la indecisión y la avaricia. ASí que en lo que yo no creo es en ese cuento de "nuestros heroicos antepasados indios", pues entre ellos había tanta disensión como entre los mismos españoles. Narváez no se ganó enemigos gratis. Y, para nuestro mal futuro, somos herederos de ese carácter disgregacionista por parte de Madre España y por parte de Padre México.

Saludos!

Pablogger dijo...

Hola Benediktron.

Pues sí, la poesía. Es como la ópera para los melómanos. Es un estilo literario que puede gustar y fascinar; pero no es mi caso. Admito que suena bonito la rima entre frases. Pero hasta ahí. Si a Vd. le gusta el uso de adjetivos vagos, es muy su gusto.

Lo de los dolores. Me causa gracia su deducción sobre "mis" dolores. Sólo eso.

Y respecto al Alma, dígame si porque al creyente "no le va ni le viene" mi opinión, debo restringirla. ¡Vaya forma de pensamiento único! Si el poeta habla de su creencia ¿Por qué yo no he de hacerlo con mi no-creencia?

Respecto a lo que Vd. supone sobre el idílico pasado azteca, eso es sólo una mala conjetura de mis propias ideas. Mi crítica es al uso de la religión como arma de exterminio. Y va para ambos lados.

Respecto al cristianismo, no se sienta Vd. tan molesto con lo que opino al respecto. Para mí no hay dios bueno, sea cristiano o azteca. Pero le agradezco la nota. Desde hoy mismo corrijo de "nuestros antepasados" al más correcto "nuestros antepasados mesoamericanos".

Pero de la misma manera quizás Vd. debería modular su muy maniqueo "a los aztecas nadie los quería". Falacia lógica que se derrumba si consideramos que al menos algunos aztecas se querían entre sí.

En lo que concuerdo con Vd. es con su opinión respecto a la debilidad de Moctezuma por creer la idiota idea de que los gachupines eran dioses.

Finalmente me llena de júbilo que no se crea Vd. el cuento de "nuestros heroicos antepasados indios". En especial porque yo no lo mencioné ni lo creo tampoco.

Saludos

K.C.

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