martes, 13 de enero de 2009

Martes 13, ni te cases ni te embarques

La superstición trae mala suerte.
Umberto Eco



¿Será cierto ese dicho popular que nos previene de contraer nupcias en una fecha así o de salir de viaje? ¿Podremos evitar la fatalidad numerológica y retar al destino tomando un barco en esta fecha o quizás contrayendo matrimonio?

No cabe duda que las supersticiones son parte de nuestra humanidad. Hay muchas y muy variadas, que van desde este tipo de combinaciones numéricas y calendarizadas, hasta otras que tiene que ver con animales (gatos negros, patas de conejo) y a objetos malditos (pasar por debajo de una escalera, tirar la sal, romper un espejo). Otras tienen que ver con la lateralidad (levantarse con el pié derecho) y hasta con rituales para prender cigarros con un mismo fósforo.

Algunas supersticiones tienen alguna base histórica conocida. Para otras quizás, su raíz se haya perdido en el tiempo y en devenir de las generaciones o en la globalización de las culturas. Otras más definitivamente yacen en la imaginación o en los mitos y leyendas (que tienen también su componente de imaginación).

Esta del martes 13, de acuerdo con la Wikipedia, tiene su origen en una leyenda que dice que un día martes 13 se produjo la confusión de lenguas en la Torre de Babel. Pero en otros órdenes, también se considera al número 13 como de mala suerte. Algunos edificios no tienen marcado el número 13 en su piso 13 (del 12 se saltan al 14). Algunas líneas aéreas no tienen marcada su fila treceava con el número correspondiente. Este número desde la antigüedad fue considerado como de mal augurio ya que en la Última Cena de Jesucristo, trece fueron los comensales; la Cábala enumera a 13 espíritus malignos, al igual que las leyendas nórdicas; en el Apocalipsis, su capítulo 13 corresponde al anticristo y a la bestia. También una leyenda escandinava cuenta que, según la misma tradición, en una cena de dioses en el Valhalla, Loki, el espíritu del mal, era el 13° invitado. En el Tarot, este número hace referencia a la muerte.

Pero la pregunta obligada es ¿todo lo relacionado con el 13, por sí mismo, está ligado con lo negativo, con las desgracias, con la mala suerte? De todas formas el piso 13 de un edificio será el treceavo, aunque tenga el número 14, y lo mismo para las filas de los aviones y otros transportes. Cada mes del año tiene un día 13. Todo adolescente que cumplió 14 años tuvo forzosamente que pasar por el año 13. En todo grupo de 14 personas o más, si está ordenado, a alguna le corresponderá el lugar 13. Y si pensamos en el desarrollo normal de todos los niños, las mayores probabilidades son que todos los niños que nacen vivos, alguna vez pesaron 13 gramos (en estado embrionario, obviamente). Y si ya pasaron de los 3 años de edad, de seguro hubo un momento en el que pesaron 13 kg.

Estas creencias sobre las coincidencias numerológicas son irracionales. No porque una o varias veces el número 13 estuvo involucrado en sucesos trágicos le tendremos como un número intrínsecamente malévolo. En México hemos tenido coincidencias trágicas con el 19 (un 19 de noviembre de 1984 sucedió la tragedia de San Juan Ixhuatepec, y un 19 de septiembre tuvimos uno de los sismos más devastadores de la historia moderna), pero no por ello andamos diciendo noviembre 19, mejor no te acerques a los depósitos de gas, o bien (y rimando, además) el 19 el tapete se te mueve.

Recuerdo que había una situación cabalística con el hecho de encender más de 2 cigarros con el mismo fósforo o encendedor. Un profesor de la preparatoria nos explicó lo que él sabía sobre la base histórica de ese ritual: Durante la primera guerra mundial las batallas se libraban principalmente desde trincheras. Las frías noches en vela hacían que los soldados tuviesen deseos de fumar un cigarrillo. Según la historia platicada por mi profesor, al encender el primer cigarrillo la luz advertía a los enemigos en la trinchera opuesta de la posición de algún soldado. Al encender el segundo, el soldado enemigo apuntaba su rifle, y al tercero disparaba, matando al infeliz soldado del tercer cigarrillo. Un relato similar puede encontrarse en el blog de Issis.

Con las guerras modernas podríamos decir que el 238 es de mala suerte, debido a las armas de uranio depletado que se usan para aniquilar al enemigo. Habría que preguntarle a los palestinos y a los que siguen pensando en el Unseptquadium como una realidad innegable.

La verdad es que hoy, martes 13 de enero de 2009, hice mi vida como si nada. No tomé precauciones numerológicas ni cabalísticas y viajé varias decenas de kilómetros (lo mismo que millones de humanos que abordaron autobuses, aviones, barcazas y yates de lujo). Admito que tampoco me casé, pero ¿quien en la actualidad se casa en martes? La semana inglesa con descansos sabatinos y dominicales ha hecho que las parejas se casen en esos días. Al menos sé de una comunidad que prefiere hacer ese tipo de ceremonias los días entre martes y jueves: Capulhuac, en el Estado de México. Como el principal modus vivendi de esta localidad es la venta de barbacoa los viernes, sábados y domingos, muchos de sus habitantes prefieren casarse en martes, miércoles o jueves, porque en lunes ni las gallinas ponen.

Así que pasó otro martes 13 de tantos miles que ha habido desde que inventamos la numeración arábiga, bautizamos los días de la semana y tuvimos miedo de lo irracional.

Sin novedades en el frente.
Y no me volteé los calzones como algunos supersticiosos hacen.

Imagen: Portada del CD del grupo de Hip hop español "Stardiz"


Post Scriptum

De acuerdo con el comentario de mi siempre fiel seguidor SIESP, busqué un poco la referencia sobre el piso 13 en edificios y la línea 13 de los aviones, que soportase mejor mi propia experiencia con edificios y líneas aéreas, así que encontre esta nota que parece seria y que confirma de forma independiente mi dicho: http://www.elmundo.es/elmundo/2006/02/22/sociedad/1140602356.html

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran post. Pero tengo una curiosidad. Tu pones este texto "Algunos edificios no tienen marcado el número 13 en su piso 13 (del 12 se saltan al 14). Algunas líneas aéreas no tienen marcada su fila treceava con el número correspondiente."
Ahora yo pregunto ¿ese dicho es una leyenda urbana o es verdad?. Lo he oído miles de veces, pero... yo no conozco ningún edificio así, ni ninguna línea aérea en esas condiciones. Que conste que no se trata de pillar a nadie en un fregado, es que me gustaría disponer de un ejemplo concreto para utilizarlo algún día en un post de mi blog.
Agradecería información.
Gacias por adelantado y felicidades. ¡Me encantó tu país!

Pablogger dijo...

Yo he subido a edificios en Nueva York y en la Ciudad de México en los que eso he observado. Igual para los transportes aunque no en todos. O sea, es información de primera mano, pero prometo buscar más para referirlo mediante alguna URL.

Saludos!

Anónimo dijo...

Por cierto, cuando tengas los datos concretos, o bien haces un post o me comentas algo en mi blog para que pudiera darte una dirección de email y enviármelo. Si optas por la opción de hacer un post, te pido permiso para poder utilizar este dato en un futuro por mi parte (siempre citando fuentes, por supuesto). Repito, Gracias por tu amabilidad.
Un abrazo.

Daniel Barona Narváez dijo...

Muy buen artículo. De hecho, es sorprendente que mucha gente crea en historias supersticiosas cuando no existe ni evidencias de ella ni lógica en ellas. Creo que esto de las supersticiones va muy ligado a todo lo que tiene que ver con el pensamiento religioso. Por ello, se suele hablar del pensamiento "mágico-religioso".
Cuando analizamos las ideas religiosas en general, vamos a ver que dentro de ellas hay centenares de elementos supersticiosos, pero que ya no se les denomina así, sino que toman otro matiz. Me explico: el pensamiento mágico que equivale a la superstición, es igual dentro de las religiones que fuera de ellas, pero convenientemente los miembros de una religión no llaman a sus creencias "supersticiones", en cambio, a las creencias de gente fuera de esa religión, sí les llaman así.
Muy interesante el post.
Saludos!

Anónimo dijo...

Gracias KC. Algo es algo y, al menos, ya dispongo de nombres concretos de edificios, jeje.
Te agradezco el trabajo. Ya déjalo como está que yo me encargaré de buscar por ahí el resto (el nombre de alguna compañía aérea y qué avión ha suprimido el 13).
Coincidirás conmigo que los gilipollas abundan, jajaja.
Continuemos con nuestra labor de divulgación del pensamiento y el raciocinio, no hay otra receta contra los charlatanes y la superstición.

Un fortísimo abrazo, y una pena no haber conocido tu blog antes del maravilloso viaje a México que hice en julio pasado. Podríamos haber quedado para tomar unas cervezas. Pero siempre se podrá repetir, jeje. Saludos.

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