lunes, 19 de enero de 2009

Una roca sugiere que el feroz núcleo de la Luna temprana provocó un campo magnético

Luna, de enero, y el amor, primero.
Anónimo

Desde el NY Times
Por KENNETH CHANG
Traducción: KC


Las últimas impresiones dejadas por las misiones del Apolo son de una Luna de color gris, polvorienta, desolada y muerta. Sin embargo, los instrumentos dejados por los astronautas del Apolo han registrado sismos y oscilaciones en su rotación que han dado pistas sobre un núcleo aún fundido.

Ahora, una roca recogida hace más de 36 años durante el Apolo 17, la última visita de humanos a la Luna, revela que el núcleo fundido pudo haber girado una vez y generado un campo magnético.

Dado que las llanuras de lava sobre la superficie lunar indican un pasado volcánico que puede haber durado casi dos mil millones de años, "no creo que sea sorprendente", dijo Ian Garrick-Bethell, que acaba de terminar su doctorado en el Massachusetts Institute of Tecnology.

No obstante, las conclusiones del Dr. Garrick-Bethell y sus colegas, que aparecen en el número actual de la revista Science, pueden ayudar a resolver un debate de hace largo tiempo.

Muchas de las rocas traídas de la Luna tienen una débil señal magnética, lo que sugiere que originalmente se enfriaron cuando el magma de la Luna tenía un campo magnético. Eso fue una sorpresa para muchos científicos que pensaban que la Luna era demasiado pequeña y demasiado fría para que alguna vez hubiese tenido una dinamo geomagnética donde la corriente eléctrica de convección del hierro fundido generase un campo.

La evidencia no es concluyente debido a que la superficie de la Luna ha sido repetidamente golpeada por los meteoritos, y el amortiguador impacto también pudo dejar una firma magnética en las rocas.

Sin embargo, una roca de 4,200 millones de años llamada troctolita 76535, recopilada por Harrison Schmitt, el único geólogo entrenado entre los caminantes lunares Apolo, ofrece unas vistas de la historia de la Luna. (Troctolita es un tipo de roca de los minerales de olivino y plagioclasa.) La roca es significativa ya que se formó cuando la Luna tenía sólo 300 millones de años, y estudios previos mostraron que nunca había golpeada, o alterada, por la fuerza de un impacto.

La investigación del Dr. Garrick-Bethell mostró dos campos magnéticos diferentes dentro de la roca, o por lo menos dentro de los pequeños fragmentos que se examinaron. El primer campo, dijo, se estableció cuando la roca inicialmente se cristalizó quizás a 30 millas bajo la superficie durante varios millones de años. Entonces parece que el impacto de un meteorito golpeó la roca cerca de la superficie sin destrozarla, pero elevando su temperatura lo suficiente para borrar parte de su campo magnético e imprimir un segundo campo a un ángulo de 140° del primero, mientras se enfriaba por segunda durante miles de años.

El tiempo de enfriamiento lento parece excluir la posibilidad de que los campos hubieran sido causados por impactos de meteoritos, dijeron los investigadores.

Se llegó a estas conclusiones colocando trozos de la roca en campos magnéticos cada vez más intensos, lo que "borra" el magnetismo de la roca poco a poco. Esto les permitió ver si había átomos magnéticos alineados en la misma dirección, como era de esperar, si el magma enfrió en presencia de un campo magnético. Un campo de una intensidad de un quinto del campo magnético actual de la Tierra produciría el magnetismo observado en la troctolita 76535, dijeron los investigadores.

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