miércoles, 20 de abril de 2011

Falta de tolerancia con los vacacionistas

Yo trato de privarme de malas ideas. Todos los días me quito alguna, pero siempre me quedan demasiadas.


Agustín García Calvo



Es temporada de vacaciones, y todos los que pueden intentan sacudirse la monotonía y el tedio impreso por el diario ritual del trabajo, de la casa, de la familia y de los compromisos familiares. Y a veces para lograr lo anterior uno trata de visitar los sitios que normalmente no se visitan excepto en vacaciones. Por la misma circunstancia, a veces uno desconoce las costumbres y otras normas de comportamiento de la sociedad local de los sitios que se visitan en vacaciones.


Tal es el caso de la anécdota que presento a la amable concurrencia en la que se pone de evidencia la falta de tolerancia y poco tino de las autoridades locales de Playa del Carmen, Quintana Roo (México). Un amigo de la familia se lanzó por carretera desde el estado de Morelos hasta estos paradisiacos lugares y quedamos de vernos en la localidad antes mencionada, a unos 65 km al sur de donde reside su seguro servidor. Ya estando ahí, nuestro amigo (del cual no menciono su nombre por temor a represalias de las autoridades) buscó un sitio para estacionar su auto. Decidió no entrar al estacionamiento público cercano al sitio de reunión porque el precio era caro (unos 10 dólares por día) así que decidió estacionarse en una calle aledaña. Previamente verificó que no hubiese señalamientos de prohibición (el típico letrero de "E No").


El asunto es que después de unas 4 horas de disfrutar de la playa, del sol y de algunas cervezas ligeras (lager en lata), nos dispusimos a ir a comer, por lo que acudimos al lugar donde estaba estacionado el auto de nuestro amigo. Recogimos la basura de la playa y la depositamos en el cesto que se encontraba a la salida de la zona de arena. Para sorpresa de todos le habían retirado una placa y dejado una infracción por haberse estacionado "a menos de 15 metros de la esquina".


Yo sé que la ignorancia de la ley a nadie excusa, pero resultó evidente que el auto de nuestro amigo traía placas "foráneas" y que estamos en temporada vacacional. ¿Hubiera sido difícil para las autoridades locales tener un poco de tolerancia para un turista? Después de todo, no estorbaba  a nadie, ni se encontraba en media calle. Bueno quizás los agentes de tránsito son muy estrictos al hacer cumplir el principio de autoridad. El punto es que, como se puede evidenciar en la imagen de entrada, los representantes de la autoridad de Playa del Carmen no son tan buenos para cumplir sus propias reglas. En específico me refiero a la ley o reglamento que establece la prohibición de tirar basura en las calles (y la obligación de mantenerlas limpias para un mejor aspecto del lugar).


Se puede ver en esta imagen que hay una caja con envases de vidrio vacíos en la "banqueta", justo a un lado de donde se aprecia el vehículo de nuestro amigo ya sin su placa. Así es la contradicción para con los turistas. Se les pone una multa por estar "mal estacionados" pero se omite limpiar las calles para un mejor aspecto del sitio turístico. Este es un ejemplo de las malas ideas que permanecen en nuestra mente, aun con la sabia intención de Don Agustín García Calvo.


Y yo casi puedo adivinar que quizás fue un turista el que dejó los envases vacíos mal colocados, pero nuestro amigo nos comentó que esos envases ya estaban ahí cuando él llegó a eso de las 10:30h, y permanecían intactos aun despues de las 15:00h.


Si algún turista viaja por estos lares en auto y decide estacionarlo por las calles de la sucia Playa del Carmen, le recomiendo que tenga cuidado en primer lugar de poner el buen ejemplo a las autoridades de esta localidad colocando la basura en su lugar, y en segundo lugar traer consigo una cinta métrica de topógrafo para medir la distancia que priva entre el sitio escogido y la respectiva esquina, para que de esa forma verifique que se encuentra a más de 15 metros de esta referencia. Así se evitará la extracción de $235.00 por concepto de abusiva multa.

martes, 12 de abril de 2011

Yuri Gagarin, mi primer héroe de la infancia

La Tierra es la cuna de la Humanidad, pero no podemos vivir para siempre en la cuna


Konstantín Tsiolkovski



Hace 50 años, cuando yo era un chamaquillo recién ingresado en el kindergarden, una noticia me impactó enormemente. Los adultos comentaban que un hombre estaba dándole vueltas a la tierra, en una cápsula que se denominaba "nave espacial". Si bien yo ya sabía de la existencia del satélite artificial "sputnik", la idea de que un ser humano anduviese viajando por el espacio se me hizo lo más increíble y avanzado de la ciencia y la tecnología de esos días.


Era la época de los televisores en B y N, con pantallas de bordes redondeados, la época en que un teléfono fijo en casa era objeto de culto, la época en la que aún había discos de 78 RPM que los viejos guardaban celosamente por lo frágil del material vítreo del que estaban fabricados, la época del twist y de los peinados de panal. Era la época en la que aún circulaba un ferrocarril con máquina de vapor por lo que hoy es el camellón de la Avenida de los Misterios en mi natal Ciudad de México.


La fascinación del suceso hizo que el nombre de Yuri Gagarin se quedase grabado en mi mente como una marca indeleble. De hecho, la primara profesión que en ese entonces deseaba yo tener para mi etapa adulta era precisamente la de "cosmonauta" (la palabra que designaba a estos viajeros espaciales rusos, a diferencia de "astronauta" que se usó después para sus contrapartes norteamericanos). Así crecí, con una predilección y fascinación por todo lo que tuviese que ver con la conquista del espacio.


A 50 años de este suceso, no quise dejar de escribir unas líneas para festejarlo. Un evento histórico que marcó el inicio de la conquista tripulada del espacio. Mi recuerdo y mi reconocimiento para Yuri Gagarin, el primero que pudo ver y constatar que en el cielo no había nada sobrenatural.

martes, 5 de abril de 2011

Respondiendo a preguntas sobre radiación

El que teme sufrir ya sufre el temor.


Proverbio chino



No hay peor cosa que temerle a lo desconocido, y sin embargo, lo desconocido es lo que infunde más temor a los humanos. En mis tiempos de infancia se espantaba a los niños con la mención del "coco" (en la cultura anglosajona el "boogie man"), pues como nunca se le podía ver, ni escuchar ni percibir, era perfectamente desconocido y, por tanto, más temible. La razón nos dice que deberíamos temer a los peligros que conocemos, pero la psique humana generalmente anula la razón para dar lugar al temor irracional.


Lo anterior se ha puesto más en evidencia con el accidente de la central nuclear de Fukushima en Japón. Al respecto, he visto el post de Mauricio-José Shwartz en El Retorno de los Charlatanes titulado "Fukushima y la irracionalidad". En esta entrada nuestro combativo colega lanza una serie de preguntas sobre el tema de las radiaciones y su efecto sobre los humanos; de las respuestas a esas preguntas nos dice: "Lo que hallo alarmante, como con toda otra forma de pensamiento mágico, irracional y pseudocientífico, es que la mayoría de las personas más sinceramente preocupadas, alarmadas, inquietas y temerosas por el accidente de la central nuclear Daiichi en Fukushima no conocen tales respuestas".


Las preguntas de don Mauricio son:


¿Qué tan peligrosa es la radiación? ¿Hay una sola radiación o hay varios tipos? ¿Y la radiación nuclear es de un solo tipo o hay varias? ¿La radiación afecta al exponerse a ella un instante (como una bala) o sus efectos dependen del tiempo de exposición? ¿En Fukushima ha muerto mucha gente por la radiación? ¿Las centrales nucleares provocan más enfermedades y muertes que otras opciones de generación de energía? ¿Es verdad que hubo mutaciones monstruosas a resultas del desastre de Chernobyl? ¿Fukushima es Chernobyl? ¿Qué riesgo real corren los japoneses cerca y lejos de los reactores averiados? ¿Qué riesgos corren quienes en el resto del mundo están cerca o lejos de los reactores nucleares que producen su electricidad? ¿Es posible un mundo sin radiación nuclear o ésta es parte de nuestro universo y estamos expuestos a ella siempre?


En el post referido, cuya lectura recomiendo ampliamente, Mauricio se centra en la parte irracional del manejo de este incidente que los medios y la gente ignorante (pero con poder de convocatoria) han dado por el simple hecho de que existe "libertad" de expresión. Y no se trata de coartar esta libertad, sino de denunciar las mentiras y los engaños de estos desinformadores mediante la información veraz y con fundamentos.


Es por esta razón que en esta casa nos hemos decidido a dar respuestas a las preguntas antes citadas, haciendo uso de la información científica y tecnológica que está a la disposición de quien desee corroborarla.


¿Qué tan peligrosa es la radiación?


El principal peligro de las radiaciones reside en dos de sus características, tipo y energía de la radiación, pero también depende del tiempo de exposición y de la intensidad del campo de radiación. En una palabra, el peligro está en la dosis de radiación que hemos recibido, que es justo la energía que se ha depositado en nuestro organismo. Hasta la radiación lumínica del sol puede ser peligrosa, si no tenemos el cuidado de protegernos con filtros solares y limitando el tiempo de insolación.


¿Hay una sola radiación o hay varios tipos?


Hay varios tipos y se les puede clasificar de muchas formas, dependiendo del objeto de su análisis. De acuerdo con el texto de don Mauricio, al parecer las clasificó por su origen. Hay radiación que se origina en el núcleo de los átomos (radiación nuclear) y hay radiación que se origina en las capas de electrones alrededor del núcleo (principalmente radiación electromagnética o fotones).  Esta clasificación no tienen nada que ver con la peligrosidad de la radiación, pues ambos tipos pueden ser peligrosos.


¿Y la radiación nuclear es de un solo tipo o hay varias?

Hay varios tipos de radiación nuclear: Radiación alfa (núcleos ionizados de Helio), radiación beta (electrones y positrones emitidos desde el núcleo) y radiación gamma (fotones de alta energía, emitidos desde el núcleo). También puede haber neutrones que se emiten como resultado de una fisión nuclear, o bien como resultado de una reacción nuclear de captura (el mejor ejemplo es el núcleo del Berilio, que al absorber la radiación alfa del Americio 241, se hace inestable y emite uno o dos neutrones). En contraposición, la radiación emitida desde la capa de electrones es principalmente radiación electromagnética (luz, ondas de radio, rayos X), aunque a veces puede emitirse electrones, cuando se ioniza un átomo.


¿La radiación afecta al exponerse a ella un instante (como una bala) o sus efectos dependen del tiempo de exposición?


Siempre existe el riesgo de que al exponernos a las radiaciones (principalmente las radiaciones clasificadas como ionizantes) nos cause un daño ¿De que tamaño sería ese daño? pues dependería del órgano irradiado, del tipo de radiación y del tiempo de exposición. Generalmente estamos expuestos a diversos tipos de radiación, incluyendo la radiación ionizante, desde rayos cósmicos, y radiaciones nucleares provenientes de isótopos presentes en la naturaleza, hasta rayos X para diagnóstico. En resumidas cuentas, el tiempo de exposición es el factor que más contribuye a la dosis.


¿En Fukushima ha muerto mucha gente por la radiación? 


No. Rotundamente no. Hasta ahora sólo se sabe de algunos trabajadores expuestos a altas dosis radiación, pero se les está atendiendo. Los muertos en la planta fueron causados por las explosiones de hidrógeno en las primeras etapas del incidente.


¿Las centrales nucleares provocan más enfermedades y muertes que otras opciones de generación de energía? 


No. Hay más accidentes y muertes en plantas convencionales (termoeléctricas y carboeléctricas). En cuanto a enfermedades sólo se puede saber de algunos casos de cáncer de tiroides en algunos trabajadores de Chernobyl (después del accidente) y algunos pobladores de las zonas aledañas. En operación normal no hay evidencias de que cause enfermedades.


¿Es verdad que hubo mutaciones monstruosas a resultas del desastre de Chernobyl? 


Sí hubo algunos casos de nacimientos con deformidades en Chernobyl y sus alrededores, pero no fue debido a las radiaciones sino a un problema sanitario. A la gente de los alrededores se le prohibió comer alimentos producidos en la zona (verduras, leche, carne) puesto que podían estar contaminados con Cesio y Yodo rediactivos. Pero durante algunos meses después del accidente ese tipo de alimentos era lo único que los pobladores podían comer. Mientras se restauraba el suministro de alimentos desde el resto de la extinta URSS, muchas madres en etapa de pregnancia sufrieron de desnutrición aguda. Algunos de los niños nacidos de madres desnutridas tuvieron problemas de malformación. Debido a esta situación es que cambió el principal precepto de la Protección Radiológica; Actualmente es: La protección radiológica debe hacer más bien que mal (literalmente: toda acción recomendada por la protección radiológica siempre estará debidamente justificada, siendo la mejor de las opciones existentes, tanto para el individuo como para la sociedad en su conjunto). En otras palabras, evitar una dosis de radiación por el sólo hecho de evitarla NO debe poner en riesgo la salud de la población. En este caso en específico, era mejor que la gente recibiera una pequeña dosis de radiación a que sufriera una desnutrición aguda.


¿Fukushima es Chernobyl? 


Por supuesto que no. Los accidentes son diferentes, las plantas son diferentes, los países son diferentes, las épocas son diferentes.


¿Qué riesgo real corren los japoneses cerca y lejos de los reactores averiados? 


El riesgo siempre es una probabilidad de daño. Las medidas de protección radiológica (evacuaciones e ingesta de yodo estable) han evitado que esa probabilidad sea significativa para los pobladores cercanos a la central. Pero no se puede vivir en un mundo con riesgo cero; los más de 10,000 muertos por el sismo y el tsunami lo demuestran.


¿Qué riesgos corren quienes en el resto del mundo están cerca o lejos de los reactores nucleares que producen su electricidad? 


En términos generales, el riesgo de muerte por vivir cerca de una central nuclear es del orden de 10-8, o bien una muerte por cada 10 millones de habitantes. En comparación, el riesgo de muerte por sismo y tsunami en Japón es del  orden de 10-5, es decir, mil veces mayor.


¿Es posible un mundo sin radiación nuclear o ésta es parte de nuestro universo y estamos expuestos a ella siempre?


No es posible vivir en un universo sin radiaciones. Incluso sin radiaciones nucleares. Éstas son parte de nuestra existencia. Todos los humanos somos portadores de pequeñas cantidades de Potasio 40 (40K) y de Tritio, ambos isótopos radiactivos existentes en la naturaleza. Nuestro sol constantemente nos bombardea con radiación de alta energía, las estrellas de la vía láctea nos bombardean con rayos cósmicos y los cúmulos de galaxias distantes también contribuyen a lo que se conoce como "fondo de radiación". Pensar que es posible deshacerse de las radiaciones cerrando las plantas nucleoeléctricas de todo el mundo es poco menos que estúpido. Y si hay gente que clama a los 4 vientos que esto sería posible, miente a sabiendas.



o - o - o


Una forma sencilla de comprender la dosis de radiación es imaginarse que la radiación es como la cerveza. Solía hacer esta analogía cuando impartía cursos de protección radiológica a usuarios de fuentes radiactivas. Para esta analogía imaginemos que presento ante la amable concurrencia a dos personas. Una de ellas se ha tomado una cerveza y la otra no, pero sólo las dos personas y yo sabemos quien tomó la cebadilla. A simple vista será difícil saber quién se tomó la cerveza, y sólo quizás mediante análisis de sangre, o mediante el uso de un moderno alcoholímetro podremos averiguar quien trae una cerveza en la panza. 


Ahora imaginemos que presento a la amable concurrencia a otras dos personas, una que ha ingerido 30 cervezas y otra que no ha tomado nada ¿Podría notarse la diferencia entre ambas personas? Quizás la mayoría de mis lectores respondería que sí, que bajo esas condiciones, en efecto, es posible notar la diferencia a simple vista. Claro, eso si la persona que se tomó las 30 cervezas lo hizo en un lapso de 2 o 3  horas. Pero si la persona de las 30 cervezas las ingirió a razón de una  cerveza diaria durante 30 días, ahí la cosa cambia. Una vez más, el efecto de esas cervezas sólo sería evidente si hacemos análisis de sangre, o si hacemos una comparación del peso de esa persona antes de ingerir las 30 cervezas y el peso medido después de la ingesta. Incluso, la condición de salud de la persona contaría mucho para poder determinar el efecto de las 30 soles.


La dosis de radiación es similar a la ingesta de cerveza, en el sentido de que sus efectos dependen de la intensidad de la radiación  (o cantidad de cervezas por unidad de tiempo, ya que no es lo mismo ingerir una cerveza al día, que una cerveza por minuto), el tiempo de irradiación (el tiempo que se ha estado ingiriendo cervezas), la energía de la radiación (el contenido alcohólico de la cerveza), y la condición general de salud del irradiado (o dipsómano).

Recientes ciudadanos de Higadolandia