lunes, 5 de abril de 2010

Asegurando la ibertad de expresión ante demandas por difamación

Procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien.


William Shakespeare



Recientemente un escritor sobre ciencia ganó un juicio de apelación sobre una demanda que enfrenta desde 2008 por supuesta difamación en Londres Inglaterra. Simon Singh fue acusado de difamación por la Asociación Británica de Quiropráctica por un artículo que publicó en un blog de The Guardian en 2008. Básicamente cuestionó las afirmaciones de algunos quiroprácticos sobre el tratamiento de algunas condiciones de la niñez.


Resulta interesante este hito porque la ley sobre difamación en Inglaterra tiene algunos recovecos que facilitaba a poderosos y adinerados de todo el mundo acudir a los tribunales británicos para demandar por difamación a escritores y periodistas de cualquier país.


Sin embargo, el Señor Juez Presidente del Tribunal Supremo al otorgar la apelación ha contribuído a sentar precedente sobre la aplicación de esta ley, que a juicio de muchos informadores amedrentaba a quienes acudían al derecho de libre expresión sobre temas científicos.


Dice Clive Coleman, analista de asuntos jurídicos:


En la defensa de una demanda por difamación, la diferencia entre una exposición de hechos verificables y uno de opinión puede ser crucial. El acusado que tiene que justificar una declaración de hechos en un caso como éste tendría que probar que la declaración era verdad.


Ello implicaría juntar a una gran cantidad de evidencia científica a un costo enorme. La defensa de un estado de opinión, siempre que se lleve a cabo con honestidad, es mucho menos onerosa y más barata ahora. Esta sentencia respalda firmemente la opinión de que las controversias científicas deben ser resueltas por el debate científico, en lugar de a través de litigios.


Esto hará que las compañías farmacéuticas y organizaciones que imparten terapias sean más prudentes para iniciar acciones por difamación contra escritores y académicos que expresan una opinión fuerte sobre la eficacia de sus medicamentos y terapias.


Existe una organización que reclama una reforma a la ley británica sobre difamación, argumentando que esta ley tiene un impacto negativo en la libertad de expresión, tanto en el Reino Unido como en el resto del planeta:


La libertad de expresión es un derecho humano fundamental, y sólo debe limitarse en circunstancias especiales. Sin embargo, la ley de difamación británica impone restricciones innecesarias y desproporcionadas a la libertad de expresión, mandando un mensaje de enfriamiento a través de sectores de edición y periodismo en el Reino Unido. Este efecto ahora se extiende a todo el mundo, porque el llamado "turismo de la difamación", mediante el cual se llevan casos extranjeros en Londres. La ley fue diseñada para servir a los ricos y poderosos, y no refleja los intereses de una sociedad democrática moderna.
Es por tanto importante divulgar esta resolución que favorece el debate científico, para sustituir las demandas que han silenciado a voces libertarias simplemente por lo costoso de continuar un juicio sobre un asunto del que, con toda honestidad, consideraban verdadero y valioso para su divulgación.


Y no se trata de abolir esta ley, sino de establecer un equilibrio justo que permita a la sociedad tener acceso a opiniones calificadas sobre temas de interés. 


Esta es la liga de la nota en el sitio BBC: http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/8598472.stm


Aquí la liga del sitio que promueve la refiorma a esta ley (The libel reform campaign): http://www.libelreform.org/our-report


Aquí la liga del sitio personal de Simon Singh: http://www.simonsingh.net/

No hay comentarios:

Recientes ciudadanos de Higadolandia