Un mito no es un mito hasta que puede anunciar un perfume o una marca de zapatillas.
Manuel Vicent
Desde Nature
Por: Megan Scudellari
Traducción: KC
En 1997, médicos en el suroeste de Corea comenzaron a ofrecer un diagnóstico por ecografía (ultrasonido) para la detección temprana del cáncer de tiroides. Las noticias del programa se difundieron, y pronto los médicos de la región comenzaron a ofrecer el servicio. Con el tiempo pasó a nivel nacional, llevado a cuestas a través de una iniciativa del gobierno para detectar otros tipos de cáncer. Cientos de miles de personas se hicieron la prueba por unos 30 a 50 dólares.
En todo el país, la detección de cáncer de tiroides se disparó, a partir de 5 casos por cada 100,000 habitantes en 1999 a 70 por 100,000 en 2011. Dos tercios de los diagnosticados fueron operados para las remoción de sus glándulas tiroides y fueron colocados en regímenes de medicación de por vida, los cuales conllevan riesgos.
Se espera que un programa de salud pública costoso y extenso salve vidas. Pero éste no lo hizo. El cáncer de tiroides es ahora el tipo más común de cáncer diagnosticado en Corea del Sur, pero el número de personas que mueren por esa causa se ha mantenido exactamente el mismo, alrededor de 1 por cada 100,000. Incluso cuando algunos médicos en Corea se dieron cuenta de esto, sugirieron que el examen de la tiroides se detuviera en 2014, pero la Asociación de tiroides de Corea, una sociedad profesional de endocrinólogos y cirujanos de la tiroides, argumentó que la detección y el tratamiento son derechos humanos básicos.
En Corea, como en otros países, la idea de que la detección temprana de cualquier tipo de cáncer salva vidas se había convertido en una creencia inquebrantable.
Esta fe ciega en la detección del cáncer es un ejemplo de cómo pueden persistir ideas sobre la biología humana y el comportamiento entre las personas - incluyendo entre científicos - a pesar de que la evidencia científica muestra que los conceptos son falsos. "Los científicos piensan que son demasiado objetivos para creer en algo tan folklórico como un mito", dice Nicholas Spitzer, director del Instituto Kavli para el Cerebro y la Mente de la Universidad de California en San Diego. Sin embargo, creen.
Estos mitos menudo florecen de la semilla de un hecho - la detección temprana salva vidas de algunos tipos de cáncer - y prosperan en los deseos y ansiedades humanas, tales como el miedo a la muerte. Pero pueden hacer daño, por ejemplo, llevando a la gente a seguir un tratamiento innecesario o gastar dinero en productos no probados. Pueden desviar o detener totalmente investigación prometedora realizada por científicos serios o monopolizar la financiación. Y disipar dichos mitos es difícil.
Los científicos deben trabajar para desacreditar mitos, pero también tienen la responsabilidad de tratar de evitar que nuevos mitos surjan, dice Paul Howard-Jones, quien estudia neurociencia y educación en la Universidad de Bristol, Reino Unido. "Tenemos que mirar más profundo para comprender la forma en que se producen en primer lugar y por qué son tan frecuentes y persistentes."
Algunos mitos peligrosos consiguen un montón de tiempo en el aire: por ejemplo que las vacunas causan autismo, que el VIH no causa el SIDA, etcétera. Pero muchos otros que se arremolinan alrededor, también, perjudican la gente, absorbiendo dinero, enturbiando la empresa científica - o simplemente crispando los nervios de los científicos. Aquí, NATURE analiza los orígenes y repercusiones de cinco mitos que se niegan a morir.
Nota de KC: En las siguientes entradas se analizan estos 5 mitos que se han sembrado en la conciencia humana.
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