domingo, 21 de agosto de 2011

Modelos de la Realidad, parte 2. Creer y modelar la realidad

Hay quién porque golpea la pared con un martillo se cree clavar clavos.


Johann Wolfgang Goethe



Finalmente las personas tenemos la opción de creer en cualquier cosa, por estúpida que sea. El problema consiste en saber ¿por qué nuestra mente es capaz de creer en estupideces que están demasiado alejadas de la realidad? O dicho de otra forma ¿Por qué nuestra mente es capaz de adoptar como reales ideas tan fantásticas o imposibles de corroborar?


Vamos por partes. Hemos dicho en esta serie de entradas que es posible modelar la realidad para entenderla y para que se puedan hacer predicciones sobre ella. La ciencia (en especial la física, la química y otras relacionadas) son inigualables en esta tarea de predecir la realidad. Pero los humanos no sólo nos conformamos con buenas predicciones de la realidad física; queremos más. Normalmente queremos saber con antelación sobre sistemas harto complejos, al estilo de sistemas humanos y sociales (¿A que edad tendré mi primer hijo? ¿Cuándo subirán las acciones de la empresa "X"? ¿Le gusto a Penny?), e incluso sistemas que escapan de lo humano (si le rezo a mi dios predilecto con suficiente fe ¿me curará el cáncer? ¿por lo menos el catarro?).


Vistas las cosas así, la pregunta se transforma ahora en ¿qué hay en nuestra mente que le hace posible creer en cosas alejadas de la realidad? La respuesta a esta pregunta no es simple, no es fácil y mucho menos sencilla de expresar. Al parecer nuestras mentes humanas tienen un número considerable de circuitos neuronales que reciben y filtran la información que llega del exterior, por medio de nuestros sentidos, para crear modelos mentales de la realidad. Y hay modelos más sencillos de elaborar que otros.


Lo anterior se explica con detalle en el libro "Y el hombre creó a los dioses" de Pascal Boyer (2010, ed. Taurus). Por ejemplo, cuando recibimos información sobre una especie de animal que no conocíamos, ocupamos una especie de "formato en blanco" mental para llenarlo con los datos de este nuevo (para nosotros) animalucho. Pero rara vez pensamos que esta información sobre el animal pueda llenar el "formato en blanco" correspondiente a un vegetal. De manera selectiva filtramos la información para formar nuevos conceptos mentales sobre la base de esquemas previos. Inferimos que la información recibida encaja de alguna forma en la clasificación que ya tenemos "precargada". Generalizamos que al ser información de un animal, éste no estará anclado con raíces a la tierra, que nace y muere como cualquier otro animal, que se mueve (nada, camina, repta o vuela) y que se alimenta para sobrevivir.


Al parecer las ideas fantásticas que están fuera de la realidad, tienen al menos un elemento que encaja con nuestro sistema de clasificación. Un hada que aparece en Guadalajara parece un ser vivo o al menos que vivió, y todos tenemos una especie de formato para llenar con los datos de un "ser vivo" y crear un concepto mental. Lo mismo pasa cuando la gente cree en el pié grande, en el chupacabras, en los seres extraterrestres y hasta en Santa Claus.


Las entradas ontológicas que tenemos precargadas para la clasificación de los nuevos modelos mentales normalmente tienen un buen número de expectativas. Por ejemplo, en el caso anterior, tenemos en la entrada "ser vivo" una serie de características que esperamos que el nuevo concepto posea (como por ejemplo nacimiento, crecimiento, reproducción, muerte, etc.). Sin embargo los modelos mentales religiosos, místicos, esotéricos y otros más en los que solemos creer, tienen una entrada en el formato correspondiente pero una característica contradictoria (por ejemplo en el caso se dios, que es un ser vivo pero, contrario a lo observable, tiene la característica de ser inmortal).


En el libro mencionado, el maese Pascal nos dice con tino lo siguiente:

Los conceptos religiosos invariablemente incluyen información que es contraria a ciertas expectativas creadas por la categoría activada.


Y es interesante pensar que tan vasta es la gama de posibilidades de conceptos etéreos en los que la gente pudiese creer, tan alejados de estas categorías precargadas, y al mismo tiempo sorprendente concluir que sólo habrá creencia en aquellas que tengan una mezcla de características que anclen el concepto (o modelo) de la creencia a lo que ya conocemos.


Menciono el caso de los mensajes de los Arcturtianos que contienen una copia casi exacta de lo que la prensa de divulgación científica viene diciendo sobre la posibilidad de la existencia de múltiples universos. Adicional al rollo que supuestamente se avientan en forma canalizada, la gente que cree en ellos los pinta así como en la imagen de entrada (tomada desde http://www.etfriends.com/Images.html)


De todas las posibles formas que un supuesto extraterrestre podría tener, casi siempre la ufología y otras ramas pseudo científicas como la pomposa "exopolítica", escogen la que tiene forma humanoide (dos brazos, dos piernas, dos ojos, una especie de boca, etc). Es decir, han escogido la forma que a los humanos nos parece más factible para creer, sin evidencias de por medio.


El asunto es que para que ese nuevo concepto que se nos pretende hacer pasar por "real" (o al menos como un modelo que explica la realidad) verdaderamente sea una representación de la realidad, sería necesario que no sólo nos explique lo que a primera vista pareciera inexplicable; sería necesario que sea capaz de aplicarse de forma independiente del observador para obtener las mismas predicciones y resultados, bajo las mismas condiciones establecidas por observadores independientes. No sólo como un objeto pasivo de creencia (creo que un ser inmaterial habita en mi cuerpo, controla mis pensamientos, y es el que se afirma como "YO"), sino como un modelo que permitiese hacer un par de predicciones sobre ese concepto, al estilo de "el alma inmortal interacciona con las neuronas cerebrales mediante campos electromagnéticos de frecuencia variable". En este último ejemplo, la afirmación podría probarse o comprobarse midiendo esos campos electromagnéticos.


Para mala fortuna de los modelos basados en creencias, normalmente se elaboran sin pensar en alguna forma de comprobarlos puntualmente. Por ello es que adoptan los típicos esquemas religiosos que requieren de fe y no de evidencias para que "funcionen" exclusivamente en la mente del observador (o mejor dicho, creyente).



Post scriptum



Como la imagen de entrada apenas la encontré en la red, no quise dejar pasar la oportunidad de hacer un par de comentarios respecto a ella al estilo de la casa.


El primero es que evidentemente la imagen es un dibujo de la autoría de Elaine Thompson, una mujer que "canaliza" los mensajes de estos seres tan, pero verdadera y extrañamente tan interesados en nosotros y en nuestro bienestar. Lo que sorprende es el elemento que se ancla al concepto de "ser humano" que tenemos precargado e incluso sesgado por la publicidad: Rostro simétrico, dos ojos (¡azules!), etc... Lo interesante es que estos bellos y ojiazules seres habitan en otra dimensión, o sea que las características "arcturianas" se parecen mucho a las del concepto mental "humano" que tenemos, excepto porque es imposible verlos o interaccionar con ellos de manera libre (¡porque están en la 5a dimensión, estúpido escéptico de intelecto no iluminado!).


El segundo es que la imagen representa un modelo de creencia para una supuesta realidad; y me refiero en este caso como "realidad" a la existencia incuestionable de estos arcturianos que se la pasan contactando a algunos humanos iluminados, para pasarles mensajitos de amor, entendimiento, comprensión, paz y mucha, mucha luz. Pero es un modelo imposible de comprobar y su único requisito es tener toneladas de fe para que pueda funcionar en la mente del creyente: fe en Elaine, fe en que sus "canalizaciones" son fruto de una verdadera (pero totalmente apartada de la física conocida) interacción con estos seres. No se nos ocurra pensar que, ante la imposibilidad de comprobar la veracidad de esta "realidad", Elaine pueda tener algún interés en hacer que la gente crea en ella, o suponer que sus mensajes pudieran ser una especie de alucinación inducida o aleatoria, porque entonces podremos pasar por intelectos "no iluminados"

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