Desde el NY Times
Traducción y comentario: KC
Imagen: NASA / JPL-Caltech
Esta es la vista de la galaxia Vía Láctea que los astrónomos desearían poder ver, pero nunca lo harán, al menos no hasta que se invente alguna forma de transporte intergaláctico.
Debido a que el Sol, junto con nosotros y los demás planetas, estamos dentro de la galaxia, los astrónomos sólo pueden ver a la Vía Láctea desde una punta, algo así como tratando de deducir la forma de un disco volador o placa circular cuando se le mira desde un lado.
Anteriormente, los astrónomos habían contado cuatro grandes brazos en espiral hacia el exterior del núcleo de la galaxia.
Con un graficado más cuidadoso de las estrellas, los astrónomos dicen ahora que la Vía Láctea sólo tiene dos brazos principales, una configuración típica de una galaxia espiral, así como otros brazos secundarios.
El Sol está en uno de estos brazos secundarios.
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Comentario:
Esta es una buena oportunidad para voltear al cielo en una noche oscura (fuera del alcance de las luces citadinas) y observar la luz blanquecina que atraviesa el firmamento nocturno. Esta luminiscencia fue observada desde hace mucho tiempo por los griegos antiguos. Como lo dice Astromía:
Debido a que el Sol, junto con nosotros y los demás planetas, estamos dentro de la galaxia, los astrónomos sólo pueden ver a la Vía Láctea desde una punta, algo así como tratando de deducir la forma de un disco volador o placa circular cuando se le mira desde un lado.
Anteriormente, los astrónomos habían contado cuatro grandes brazos en espiral hacia el exterior del núcleo de la galaxia.
Con un graficado más cuidadoso de las estrellas, los astrónomos dicen ahora que la Vía Láctea sólo tiene dos brazos principales, una configuración típica de una galaxia espiral, así como otros brazos secundarios.
El Sol está en uno de estos brazos secundarios.
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Comentario:
Esta es una buena oportunidad para voltear al cielo en una noche oscura (fuera del alcance de las luces citadinas) y observar la luz blanquecina que atraviesa el firmamento nocturno. Esta luminiscencia fue observada desde hace mucho tiempo por los griegos antiguos. Como lo dice Astromía:
La Vía Láctea, también llamada Camino de Santiago, puede observarse a simple vista como una banda de luz que recorre el firmamento nocturno, que Demócrito ya atribuyó a un conjunto de estrellas innumerables tan cercanas entre sí que resultan indistinguibles. En 1610 Galileo, usando por primera vez el telescopio, confirmó la observación de Demócrito. Hacia 1773 Herschel, contando las estrellas que observaba en el firmamento, construyó una imagen de la Via Láctea como un disco estelar dentro del cual la Tierra se encuentra inmersa, pero no pudo calcular su tamaño.
La idea de que la Tierra no proviene de la Vía Láctea también se ha manejado en los medios, aunque la argumentación aun está sujeta a debate:
Finalmente la imagen presentada representa sólo la mejor aproximación de la forma que tiene nuestra galaxia (aun pienso que pertenezco a ella) con base en las observaciones más recientes, a través del Telescopio Spitzer.
Una imagen con más resolución, puede verse acá.
El estudio publicado en la revista especializada Astrophysical Journal, es el primero en mapear en toda su extensión a la galaxia Sagitario y muestra con detalle cómo sus fragmentos envuelven y atraviesan a la Vía Láctea.
Finalmente la imagen presentada representa sólo la mejor aproximación de la forma que tiene nuestra galaxia (aun pienso que pertenezco a ella) con base en las observaciones más recientes, a través del Telescopio Spitzer.
Una imagen con más resolución, puede verse acá.
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